Uno de los factores que está contribuyendo al repunte del crédito al consumo es la rapidez con la que se formalizan estas operaciones. Como explica el director de Particulares en la territorial del Banco Sabadell, Ramón Satorra, el avance de la tecnología y el desarrollo de disciplinas como el Big Data permite que las entidades conozcan de antemano la capacidad de endeudamiento de sus clientes y el riesgo que pueden asumir con cada uno de ellos, de forma que la aprobación de los préstamos es casi inmediata. Así, en estos momentos el Sabadell ya trabaja con un esquema de «24 + 24», es decir, 24 horas para comunicar si acepta o no la operación y otras tantas para abonar el dinero, y su intención es recortarlo a la mitad.
Tanto conocen las entidades a sus clientes que ya se ha generalizado la práctica de los préstamos «preconcedidos»: ahora son las propias entidades las que comunican a los usuarios que tienen a su disposición un máximo de determinada cantidad de la que pueden disponer en cualquier momento a su antojo.
Y en muchas ocasiones con un simple click, ya que el uso de las tecnologías también ha favorecido que ni siquiera sea necesario acudir a las sucursales para solicitar el dinero. «El porcentaje de operaciones que se cierran sin pasar por las oficinas crece de forma exponencial», asegura el directivo del Sabadell. Algo que corroboran también entidades como BBVA, donde sostienen que seis de cada diez créditos al consumo ya se tramitan por los canales digitales.
Y eso por no hablar de la utilización de las tarjetas de crédito, que también gana cada vez más adeptos y que supone otra parte importante del importe de que disponen los consumidores para sus compras. En este caso, eso sí, lo mejor es asegurarse de las condiciones que se tienen contratadas ya que esta modalidad suele ser la que aplica los mayores intereses y pueden dar más de un disgusto.
