A pesar de la gran distancia cultural y geográfica que separa a España y Japón, ambos países comparten uno de los mayores problemas a los que se enfrentará el mundo desarrollado en las próximas décadas: el envejecimiento de su población que llevará a que, para el año 2050, sean las dos naciones con mayor porcentaje de residentes por encima de los 65 años, según las previsiones de la OCDE. En el caso concreto de España, se calcula que más del 40% de los ciudadanos habrá superado la edad de jubilación para esa fecha y hasta un 15% tendrá más de 80 años. Una auténtica bomba de relojería para los sistemas de salud, que deben enfrentarse a un aumento de las enfermedades degenerativas, y al sostenimiento cada vez más complicado del estado del bienestar.

Como quiera que, por suerte o por desgracia, en el país nipón ya llevan algo de ventaja en esta materia, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha aprovechado la misión comercial que estos días le ha llevado hasta Tokio para empezar a buscar alianzas y acuerdos de colaboración para el futuro Centro de Investigación sobre el Envejecimiento de la Comunidad Valenciana. Un proyecto que el Consell ha decidido impulsar en Alicante -muy probablemente se ubicará en uno de los inmuebles de Ciudad de la Luz- después de que la directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, María Blasco, propusiera su creación durante un foro el pasado mes de febrero. Según explicó Puig, aunque la «prioridad absoluta» del centro -el primero de España de estas características- será la investigación científica y, especialmente, la lucha contra las enfermedades degenerativas, también habrá un apartado que se dedicará a investigar los problemas de gestión que supone el envejecimiento y su repercusión sobre los servicios sociales y las redes de asistencia social pública. Para buscar aliados nipones en ambos terrenos, el jefe del Consell mantuvo ayer una primera reunión con Hiroya Masuda, asesor del Nomura Research Institute y del Ejecutivo japonés y uno de los mayores expertos del país estos asuntos.

Colaboración en programas

La intención es que Masuda se encargue de buscar qué organizaciones o administraciones japonesas pueden colaborar con los distintos programas que vaya a poner en marcha el centro de investigación alicantino y haga de mediador para posibilitar estas líneas de colaboración. Sin duda, unos acuerdos que ayudarán a convertir el proyecto en el centro de referencia que la Generalitat quiere. No en vano, el propio Puig señaló que el problema del envejecimiento también puede ser «un factor de oportunidad enorme», si se ponen los medios adecuados para liderar la investigación en la materia.

Desde el punto de vista de la Administración Pública, Puig señaló que, aunque nadie tiene la «receta mágica», el intercambio de experiencias puede ayudar a no repetir los errores cometidos en otras latitudes. Por ejemplo, apuntó que, tras años de apostar por la construcción masiva de centros geriátricos, las autoridades niponas están impulsando ahora otro tipo de medidas para favorecer que los mayores puedan permanecer el mayor tiempo posible en sus propios hogares, en línea con las políticas que quiere poner en marcha en Consell. El president también reconoció que la solución al problema debe ser «transversal» y abarcar desde las mejoras en la salud que comportará la investigación científica de enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson, hasta el impulso de un mayor desarrollo económico que permita recaudar los impuestos necesarios para mantener los servicios sociales que se necesitan. En cualquier caso, dejó claro que, a su juicio, la solución a los problemas de sostenibilidad económica que acarrea el envejecimiento no puede pasar únicamente por elevar la edad de jubilación.

Aunque la elección de Alicante para ubicar este gran centro investigador fue una propuesta de la científica María Blasco -oriunda de la ciudad-, lo cierto es que hay motivos de sobra para justificar la decisión.

La provincia más envejecida

El principal de ellos es el hecho de que Alicante sea la provincia de la Comunidad que presenta el mayor índice de envejecimiento. Así, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, Alicante tiene ya casi 125 residentes mayores de 65 años por cada 100 menores de 15 años, lo que no garantiza el relevo generacional. Se trata de una cifra mucho más elevada que la media nacional, donde hay 118 jubilados por cada 100 niños, y también mayor que las que presentan Valencia (114,06) o Castellón (114,72). Sin duda, unos datos en los que tiene mucho que ver la enorme presencia de jubilados europeos en la Costa Blanca, que también son uno de los motores de la economía de la zona, por lo que aún cobra mayor importancia la creación de este centro.

Población en Japón

El envejecimiento de la población ya es el mayor problema nacional de Japón y uno de los mayores retos a los que se enfrentan sus gobernantes. Tras décadas con una de las natalidades más bajas del mundo, la población del país nipón alcanzó su máximo en el año 2010, con 128 millones de habitantes, y desde entonces inició un rápido declive. Así, las distintas prospecciones realizadas señalan que, para el año 2050, esa población habrá caído hasta los 100 millones, y que una década más tarde ya sólo será de 87 millones.

Para atenuar los efectos, desde el Ejecutivo nipón se han puesto en marcha diversas medidas que han paliado la caída de la población activa y han contribuido a mantener el nivel de riqueza. Las más importantes han sido la incorporación de la mujer al mercado laboral -que era muy escasa hasta hace bien poco, debido a su cultura conservadora-, y el favorecer que los jubilados continúen sus carreras con empleos a tiempo parcial.

A este respecto, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, recordó que España cuenta, en este sentido, con una ventaja para evitar una caída tan drástica, como es su mayor apertura a la inmigración, que ha logrado atenuar los datos.