Un «nuevo modelo de gestión» en las compañías, instituciones públicas y entidades en el que la persona, el bienestar social y el medio ambiente compartan protagonismo en las mediciones de los resultados de las empresas, y que, además, se convierta en una «herramienta de competitividad». Esta es la filosofía del movimiento de la «Economía del Bien Común», según explicaban ayer en Alicante miembros de la asociación de la Comunidad Valenciana que defiende estos criterios.
El objetivo es complementar, «que no sustituir», el balance financiero de las sociedades con el del bien común, que reflejaría la aportación que las mismas realizan en el entorno social donde desarrollan su actividad. Así, resumía el empresario valenciano Alfonso Ribarrocha los objetivos de esta corriente, iniciada en Austria en 2010 por Christian Felber y que desde hace cinco años también comenzó a desarrollarse en la Comunidad y en Alicante.
De hecho, en la capital de la provincia la Asociación Valenciana por el Fomento de la Economía del Bien Común -que cuenta con más de 150 personas asociadas y una treintena de empresas- celebra este fin de semana su asamblea ordinaria. Las reuniones y talleres continúan hoy y mañana bajo el lema «Soluciones realistas para nuestras empresas y nuestros municipios». En ellos se abordará de forma transversal la aplicación de este modelo de gestión en el ámbito económico, pero también en el cultural o en el de los sistemas de intercambio y de la moneda social.
La entidad cuenta en Alicante con una veintena de personas asociadas y cinco empresas que ya aplican los criterios de la «Economía del Bien Común», que no es otra cosa -según explican- que adjuntar al balance económico el del bien común, «a través del cual se valora la aportación de la empresa a la sociedad y al medio ambiente, con lo que, así, mide, igualmente, a los clientes, a los empleados y al entorno social. En definitiva, refleja lo que aporta la empresa y como se relaciona con su entorno», explicaba Ribarrocha, gerente de la empresa Action Park Waterscapes, dedicada al desarrollo y ejecución de parques acuáticos.
Por su parte, Prudencio López, coordinador de la asociación en Alicante, añadía que esta corriente defiende este nuevo modelo de gestión empresarial en el que el «balance del bien común» se convierte en una «herramienta evolucionada de la Responsabilidad Social Corporativa que supone un valor añadido indispensable para que las empresas ganen competitividad». Prudencio López es, asimismo, uno de los representantes de las cinco empresas que forman parte de este movimiento en la provincia y también es coordinador de Seniors Vida Sostenible. Igualmente, forma parte de esta entidad la Bodega Celler La Muntanya, de Muro de Alcoy, cuyo gerente, Juan Cascant, participaba en la jornada de ayer en un taller explicando la experiencia de la empresa, al igual que Pedro Aparicio, gerente de Altur SC, firma dedicada a los trabajos en altura. En la misma sesión expusieron sus experiencias Prudencio López y Alfonso Ribarrocha.
En el evento también participaban representantes de otras empresas como Laboratorios Quinton (Cox) o Gioseppo (Elche), que aplican los criterios de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Para la asociación valenciana, tanto el «balance del bien común», como la RSC son herramientas de compromiso con el entorno y que suponen una «ventaja competitiva» y un «desarrollo eficiente».
Hoy, se celebrará un taller donde se explicará lo que son las monedas complementarias, «cómo funcionan y que beneficios nos aporta», explicaba Prudencio López. E, igualmente, se dedicará un tiempo a cómo se puede implementar el «balance del bien común» en los municipios. Mañana, la asociación celebrará su asamblea ordinaria.
