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Aludium choca con la burocracia y cancela una inversión de 25 millones

La empresa quería poner en marcha una nueva línea para producir aluminio pintado junto a otro socio industrial de la provincia

Una de las secciones de la fábrica de Aludium en Alicante. rafa arjones

Los tiempos empresariales no son los tiempos de la Administración y, en ocasiones, esta discrepancia acaba frustrando importantes proyectos de inversión. Eso es exactamente lo que le ha ocurrido a la multinacional Aludium, que ha decidido cancelar los planes que tenía para ampliar sus instalaciones tras comprobar los dilatados plazos que le daban desde la Generalitat y el Ayuntamiento de Alicante para concederle las licencias necesarias, según confirmaron a este diario desde de la dirección de la compañía. El proyecto hubiera supuesto una inversión superior a los 25 millones de euros y hubiera creado alrededor de un centenar de empleos en el municipio.

Fue el pasado mes de enero cuando la firma se puso en contacto con las autoridades para analizar la viabilidad de construir una nueva nave en su parcela, tras surgir la oportunidad de unirse a un socio industrial de la provincia para producir bobinas de aluminio pintado en sus instalaciones. Hasta ahora, la fábrica de Aludium se limita a laminar el metal, es decir, toma bobinas de determinado grosor y lo reduce hasta que resulta adecuado para los usos de sus clientes. Luego son éstos los que los transforman el aluminio en tapones de botella o en planchas para recubrir fachadas.

El proyecto hubiera supuesto dar un paso más y producir también aluminio pintado. El problema es que la maquinaria necesaria para este proceso requiere de una altura superior al que tienen las actuales naves de la factoría de Agua Amarga, por lo que, a pesar de que buena parte de los edificios ya construidos están en estos momentos vacíos, no eran aptos para este proyecto. Tampoco podían reformarse para elevar su altura porque están protegidos. La única posibilidad era construir una nave.

En principio la compañía disponía de terrenos de sobra, ya que es la propietaria de los cientos de miles de metros que rodean la factoría. El problema es que estos terrenos no están declarados como urbanizables por lo que se necesitaría una Declaración de Interés Comunitario (DIC) y la que tiene la fábrica data ya de hace varias décadas.

Así las cosas, desde Aludium decidieron realizar una consulta al Ayuntamiento para conocer la compatibilidad urbanística del proyecto, al tiempo que también acudieron a la Generalitat para consultar sobre los trámites necesarios para obtener la preceptiva licencia ambiental. Desde la propia firma reconocen que los plazos con los que jugaban ya eran ajustados, ya que el socio industrial reclamaba que la nueva nave estuviera disponible en noviembre. Sin embargo, desde la multinacional aseguran que hubiera sido posible si la Administración se hubiera mostrado ágil y hubiera tenido interés por sacar el proyecto.

Sin embargo, desde Medio Ambiente ya les advirtieron de que la tramitación de la licencia tardaría de 12 a 18 meses y que no se iniciaría hasta tener la autorización urbanística del Ayuntamiento. Por su parte, desde el consistorio, después de casi dos meses de espera, acabaron contestando que también la parte urbanística dependía de una tramitación del Consell al incluir una DIC de por medio. Así las cosas y ante la imposibilidad de cumplir con los plazos de sus socios, Aludium ha cancelado el proyecto.

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