El Sabadell pisa el acelerador para liquidar cuanto antes los activos "tóxicos" que heredó de la CAM y que están acogidos al Esquema de Protección que se le concedió para ayudarle a digerir el atracón de ladrillo que recibió con el negocio financiero de la extinta caja alicantina. Así, la entidad está buscando ya comprador para la venta en bloque de más de 3.300 millones en créditos e inmuebles, en las que serían las dos primeras grandes operaciones con las que pretende desprenderse de la totalidad de esta carga, a ser posible, a lo largo de este año.

Como viene informando este diario, desde que se produjo la adjudicación el Sabadell ya ha conseguido desprenderse del 54% de los activos que contenía la cartera inicial acogida al EPA, que sumaba 24.644 millones. O dicho de otra forma, todavía debe liquidar unos 11.200 millones de euros.

Aunque la entidad tiene hasta 2021 para hacerlo, las presiones del Banco Central Europeo por concluir cuanto antes con los EPA concedidos durante la crisis y el interés del mercado por este tipo de activos han llevado al banco presidido por Josep Oliu a acelerar cuanto antes su venta. Para ello ya anunció que su intención era desprenderse de estos activos en grandes paquetes.

El primero de ellos será el que contiene el denominado "Proyecto Galerna", que abarca 900 millones de euros en créditos fallidos, lo que quiere decir que ya están totalmente provisionados por lo que todo lo que se obtenga de la venta serán ganancias.Negociación con el Fondo de Garantía

Además, el Sabadell también busca ya inversores para el "Proyecto Makalu", que incluye unos 2.300 millones de euros en créditos promotor y también préstamos para pymes con garantías, además de activos adjudicados. La entidad ha encargado a KPMG que sondee el mercado para localizar posibles interesados, aunque la operación sigue pendiente de las negociaciones que el banco mantiene con el Fondo de Garantía de Depósitos.

Este organismo es el responsable de asumir el 80% de las pérdidas que generen los activos acogidos al EPA, por lo que su autorización es imprescindible para cerrar cualquier operación. El problema es que la venta en bloque que pretende el Sabadell también supone que el Fondo debe asumir estas pérdidas de golpe, lo que podría obligar a sus socios -se nutre de las aportaciones obligatorias de todas las entidades- a financiar una derrama. Además, la cifra computaría para el déficit público por lo que se barajan diversas opciones para atenuar este impacto.

En cualquier caso, desde el banco domiciliado en Alicante consideran que es un buen momento para desprenderse de esta carga ya que el mercado muestra apetito y ya no exige las rebajas de hasta el 90% que reclamaba en plena crisis.