«Somos la gran desconocida de la provincia. Muy pocos, más allá de Xixona, saben que aquí se fabrican la práctica totalidad de los pañales Dodot que se consumen en España y Portugal, además de las compresas de Ausonia y Evax. Y ya no te digo en el resto del país». Es el lamento de Carlos Gómez, que desde hace 11 años es el máximo responsable de la factoría que la multinacional Procter & Gamble (P&G) tiene en el Espartal, a la entrada del citado municipio, que supone una de las mayores instalaciones fabriles de todo Alicante.

Un desconocimiento al que la compañía ha querido poner fin abriendo las puertas de la fábrica a los medios, entre ellos a INFORMACIÓN, aunque sin querer dar demasiado datos sobre sus cifras de producción o de facturación. Eso sí, los pocos que ofrecen dan una idea de los volúmenes que mueven las instalaciones. Así, según sus responsables, las cinco líneas completamente automatizadas de que dispone la planta alcanzan picos de producción de hasta 1.000 pañales por minuto.

La historia de la fábrica se remonta a 1979, cuando Arbora Holding construyó la primera nave. Diez años después, la firma catalana vendió el 50% de su capital a la norteamericana P&G y en 1998 absorbieron a Ausonia. Fue entonces cuando decidieron ampliar la factoría de Xixona con la construcción de una nueva nave y un almacén logístico, hasta alcanzar los 60.000 metros cuadrados construidos actuales, que se asientan sobre unos terrenos de 120.000 metros

La inauguración de las nuevas instalaciones a principios de los 2000 coincidieron con el «boom» económico y la llegada de millones de inmigrantes, lo que favoreció la natalidad y, con ella, el negocio de la firma. Una situación que cambió radicalmente con el estallido de la crisis, que supuso una caída de los nacimientos que aún no parece haberse frenado. Por si fuera poco, a mediados de 2012 P&G compró la mitad del capital que estaba en manos de Arbora y se hizo con la totalidad de la compañía, lo que añadió incertidumbre sobre el futuro de la fábrica.

Sin embargo, lejos de perjudicarle, las instalaciones de Xixona salieron beneficiadas de la operación ya que, además de producir el 95% de los Dodot que se venden en España y Portugal, como hasta entonces, pudieron empezar a exportar, lo que compensó la caída del mercado nacional. Así, hoy en día alrededor de un 20% de su producción ya se envía al extranjero, principalmente a Europa, según Carlos Gómez. La apuesta de la multinacional también queda clara en el volumen de inversiones: sólo en los últimos tres años ha destinado más de 86 millones para la compra de bienes de equipo para la factoría de Xixona y la que tiene en Mequinenza, en Zaragoza, donde fabrica las toallitas.

Unas inversiones que se ven nada más pasar la puerta de la fábrica, donde la mayoría de sus 400 empleados se dedican, en realidad, a supervisar el trabajo que realizan de forma automática las máquinas, todo un ejemplo de «fábrica inteligente», que también ha sido una de las primeras en certificarse como una industria «cero residuos», lo que significa que todo se recicla, no envían nada al vertedero.

Fotografiados uno a uno

Sus responsables también presumen de control de calidad: un software de reconocimiento visual fotografía absolutamente todos los pañales que se fabrican para comprobar que cumplen con los parámetros establecidos por la marca, que lleva a gala no producir para otras enseñas. La firma, además, no deja de innovar. Ya ha logrado reducir en más de un 60% el peso de los pañales gracias a la sustitución de la celulosa por otros materiales. Y no para. Su última novedad: incorporar dos canales de aire que contriyen a reducir la irritación de los bebés.