Aunque son varias las operaciones que se detallan, la que de forma más extensa aparece en el informe del Banco de España es la de Nyesa, donde la CAM llegó a pagar a sus socios en esta compañía hasta 33,5 millones de euros por unos terrenos que costaron 1,3 millones, 30 veces más que su precio inicial. Los hechos se remontan al 2004 cuando la constructora aragonesa Nyesa adquirió por esos 1,3 millones unos terrenos en Biescas (Huesca) para promover un complejo de viviendas y campos de golf. En diciembre de ese mismo año Nyesa Gestión vendió el suelo a otra sociedad del grupo, Nyesa Pirineos, por la sorprendente cantidad de 4,8 millones y para ello pidió un crédito de 32,7 millones que concedió la CAM. El problema llegó cuando en 2009, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, la firma no pudo abonar el préstamo y la caja accedió a quedarse con los terrenos por 33,5 millones (mas incluso de lo que les prestó) para evitar el impago. El resultado final, según calculó el Banco de España, es que los socios de las caja en este negocio ganaron 31,4 millones mientras la entidad asumía las pérdidas. Algo similar a lo que ocurrió con Emporio Mediterráneo, constituida para promover tres torres de apartamentos en Benidorm. La familia Ballester, que participaba en el negocio, compró los terrenos por 23 millones y los revendió a la sociedad por 42,2 con lo que ganó 19 millones sin poner un ladrillo.