La economía de la Comunidad Valenciana seguirá creciendo con fuerza este año y el próximo, aunque lo hará con menor intensidad que en 2017 por el agotamiento de los denominados "vientos de cola" que impulsaron la actividad en el inicio de la recuperación y por los efectos de la incertidumbre generada por el conflicto catalán. Al menos así lo aseguran los expertos del BBVA Research, que este miércoles han dado a conocer una nueva edición de su informe Situación Comunidad Valenciana.

Así, frente al avance del 3,2% del PIB que calculan para 2017, la entidad espera para este año un crecimiento del 2,4%, tres décimas menos que en su anterior previsión Además, esta misma cifra será la que se mantenga para 2019.

Una desaceleración que, eso sí, no impedirá que se siga consolidando la mejora del mercado laboral ya que para este bienio se prevén la creación de más de 100.000 nuevos empleos en la Comunidad, lo que reducirá la tasa de paro hasta el 13,3% a finales de 2019. Sobre esta cuestión, el estudio destaca que son las áreas urbanas de la provincia las que mejor evolución y que el área metropolitana de Alicante ya presenta un volumen de afiliación a la Seguridad Social superior al que se registraba antes de la crisis.

Pros y contras

El informe -que han presentado Rafael Doménech, responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research y Carlos Rodríguez, director de la regional Este de Banca de Empresas y Corporaciones de BBVA- pone de relieve que, a corto y medio plazo, la mejora del entorno exterior, la política monetaria, que continuará siendo expansiva, y el precio del petróleo, que aunque aumentará lo hará de forma moderada, también contribuirán al crecimiento de la economía valenciana.

Sin embargo, también recalca que todavía persisten algunos riesgos. La incertidumbre derivada del entorno político en Cataluña podría restar entre tres y cuatro décimas al PIB valenciano en 2018, siendo una de las comunidades más expuestas. No obstante, los datos apuntan a que el impacto, de momento, ha sido muy limitado y transitorio.

El elevado dinamismo del empleo en el arranque de 2018 apunta un sesgo al alza en las previsiones de crecimiento, si bien el impulso de los factores externos favorables compensa el impacto de la incertidumbre.

A la incertidumbre por la política catalana, se suman también la dificultad para continuar sosteniendo el crecimiento del sector turístico, las consecuencias que podrían derivarse de un eventual aumento del coste de financiación, en una economía con un elevado nivel de apalancamiento público y privado, o los efectos sobre los flujos externos del brexit.