En un año en que suena con mayor intensidad la reiterada reivindicación de acabar con las desigualdades de género en todos los ámbitos, en el Día Europeo de la Igualdad Salarial que se celebra hoy, los datos reflejan, de nuevo, la realidad de la brecha en las retribuciones entre hombres y mujeres.
En el caso de Alicante, la diferencia en las remuneraciones se eleva al 19%, si se tiene en cuenta que el salario medio anual de los trabajadores de la provincia se sitúa en los 17.079 euros, mientras que el de las asalariadas es de 13.845, según detalla un estudio elaborado por UGT en l'Alacantí-La Marina, a partir de datos de la Agencia Tributaria correspondientes a 2016, último balance disponible.
Son 3.234 euros la diferencia anual, aunque la brecha puede ser más amplia si se analizan los datos por actividades. Uno de los sectores donde más se acusa la desigualdad retributiva por género es el de las entidades financieras y aseguradoras, pese a que en número de empleados las cifras son muy similares e, incluso, el de las mujeres es ligeramente superior: 6.708 trabajadoras, frente a 6.635 asalariados. Sin embargo, el promedio de los sueldos por sexos refleja una gran distancia.
Mientras el salario medio anual entre los alicantinos que trabajan en la banca es de 37.543 euros, el de sus compañeras de sector es de 27.443. «Es decir, 10.100 euros de brecha a favor de los hombres», subraya Yaissel Sánchez, secretaria territorial de UGT. Y eso, pese a que las medias provincial y por géneros representan las cuantías más altas entre las remuneraciones de las principales actividades. El promedio anual del sector se sitúa en 32.466 euros.
La construcción, sin embargo, es de los más masculinizados, dado que cuenta con un mayor número de empleados en las plantillas de las empresas. De hecho, en la actividad inmobiliaria trabajan en la provincia 39.666 hombres y sólo 11.651 mujeres, según refleja el mismo informe. Aun así, el ladrillo se presenta como el que más se acerca a la igualdad. El sueldo medio anual entre sus asalariados se sitúa en los 14.400 euros y el de sus empleadas, en 14.306.
Comercio y transporte
Los datos de otro sector con gran implantación en la provincia, como el que agrupa al comercio, reparaciones y transporte, recuerda, asimismo, la realidad de la brecha salarial. En esta actividad multisectorial trabajan 91.731 hombres, frente a 72.740 mujeres. Sin embargo, los primeros tienen una remuneración media anual de 16.384 euros, mientras que las empleadas del mismo sector cobran 11.927 euros como promedio al año, lo que supone más de 4.400 euros de diferencia.
Además, el sueldo entre los hombres también se encuentra, en este caso, por encima de la media anual general de la provincia, que se sitúa en los 15.597 euros. Y el de las trabajadoras no sólo está por debajo de éste, sino que, incluso, es inferior a los 13.385 euros que supone la remuneración media anual de las alicantinas. En similar situación de diferencias retributivas con respecto al sueldo medio femenino provincial se encuentran las mujeres de la provincia empleadas en la agricultura, que son las que menos cobran: un promedio anual de 5.234 euros; seguidas de las asalariadas en la actividad denominada de otros servicios personales y de ocio, con una media de 7.371 euros/año; de las ocupadas en servicios a las empresas, que ganan un promedio de 10.718 euros/año, y de las empleadas en la industria, con 11.732 euros/año.
En el de servicios sociales, que es el que cuenta con una mayor presencia femenina (76.186 trabajadoras), la media de la remuneración anual masculina también es superior, aunque la de las mujeres está por encima del salario medio anual de la provincia, ya que se sitúa en los 22.317 euros. Desde UGT, su secretaria territorial en l'Alacantí-La Marina, Yaissel Sánchez, incide en «la necesidad de que se apruebe una Ley de Igualdad Salarial, donde se refleje que a igual trabajo se debe percibir igual retribución». La dirigente sindical asegura que «con los resultados del informe, tiene relevancia la huelga de dos horas convocada el 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora». Además, alerta de que «en general, la discriminación salarial de la mujer existe durante la vida laboral, pero también se extiende al final de la misma, ya que con salarios irrisorios, las pensiones serán, igualmente, mínimas».
