Banco Santander obtuvo un beneficio atribuido de 6.619 millones de euros en 2017, lo que supone un aumento del 7% respecto al año anterior, tras registrar un cargo neto de plusvalías y saneamientos de 897 millones, según informó este miércoles la entidad. El banco, que afirma haber cumplido todos sus compromisos estratégicos para 2017 y reitera los objetivos para 2018, resaltó que el crecimiento de los resultados refleja la calidad y recurrencia de los ingresos, el buen control de costes y las mejoras en la calidad crediticia.

En concreto, Santander registró tendencias positivas en los negocios, con incrementos de los ingresos en ocho de sus diez mercados principales, al tiempo que el beneficio ordinario creció en nueve de los diez mercados principales del grupo. En 2017, Europa contribuyó con un 52% al resultado y América, con el 48%. Los ingresos totales subieron un 10%, hasta 48.392 millones de euros, con crecimientos del margen de intereses y de los ingresos por comisiones del 10% y del 14%, respectivamente, mientras que los costes de explotación aumentaron a un ritmo menor que los ingresos, lo que permitió un incremento del margen neto del 12%.

Por otra parte, la presidenta de Banco Santander, Ana Botín, rechazó la idea de imponer a las entidades financieras una tasa impositiva diferente de la del resto de sociedades, pues, en su opinión, «no se justifica». De esta forma, rechazaba la propuesta del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que abogó por incrementar la tributación al sector para garantizar las pensiones.

Al respecto, Botín resaltó que Santander contribuyó con 3.000 millones de euros durante la crisis bancaria. «Hemos ayudado al sector2, apuntó la presidenta de la entidad cántabra, que también considera que la adquisición de Popular permitió dar «estabilidad» tanto al sistema financiero como a los clientes y trabajadores de la entidad. Por otro lado, Botín admitió cierta ralentización de la economía por la crisis catalana.