Como un líder nato, con una capacidad extraordinaria para las relaciones públicas y con una gran visión de futuro. Así es como definen sus amigos y colaboradores más cercanos a Jorge Abad Gosálbez, el que fuera director adjunto de la CAM durante buena parte de los años ochenta y noventa, y que este jueves falleció a los 73 años de edad tras una larga enfermedad.

Alcoyano de pura cepa -su padre era muy conocido por ser el responsable de las crónicas del equipo de fútbol de la ciudad cuando militaba en Primera División-, Abad entró muy joven como auxiliar administrativo en el entonces Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Alcoy tras aprobar las pertinentes oposiciones. Fue al inicio de la década de 1960 y pronto empezó a destacar y también a ascender en el escalafón de la pequeña entidad.

Tras pasar por diversos cargos, recaló durante varios años en su departamento de Valores, como responsable de la compra venta de acciones, hasta que le llegó su gran oportunidad tras la fusión que dio pie a la entonces Caja de Ahorros de Alicante y Murcia.

Fue suceder como director de Zona a Norberto Canet en 1977 lo que le permitió demostrar su valía. Nueve años después, en 1986, el director general de la caja Francisco Oliver Narbona decidió trasladarlo a Alicante para que fuera su subdirector general, cargo en el que permaneció -con algún cambio de nomenclatura- bajo los mandatos de Miguel Romá y Juan Antonio Gisbert, hasta que, en el año 2001, optó por la prejubilación, tras la marcha de este último por las discrepancias que mantenía con el entoces presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana.

Entre sus mayores logros destacan haber sido el gran impulsor del cambio de imagen que preparó a la entidad para su gran expansión. Un cambio que empezó por el nombre, ya que fue el gran valedor de sustituir la denominación Caja de Ahorros de Alicante y Murcia por el de Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM). Igualmente fue su determinación la que llevó a adoptar el logo del círculo naranja, con el triángulo y el cuadrado en su interior. Eran los inicios de los años 90, la época dorada del diseño español, y Abad tenía claro que la entidad no podía quedarse atrás y debía avanzar con los tiempos, como también estaban haciendo las grandes del sector.

Su elección, sin duda, fue un acierto, si se tiene en cuenta que la CAM mantuvo su nueva imagen hasta su desaparición en 2011 y que, incluso, hoy en día la Fundación CAM lo utiliza.

También fue suya la reorganización de los servicios centrales de la entidad tras la fusión con la Caja de Ahorros Provincial de Alicante y Valencia y su concentración en el edificio de Óscar Esplá de Alicante, que reformó para darle su configuración actual. Poco podía imaginar que la CAM acabaría liquidada y su negocio financiero en manos del Banco Sabadell, que el pasado mes de octubre decidió fijar en este inmueble su domicilio fiscal y social.

Quienes trabajaron con él también recuerdan su habilidad para conseguir lo que quería de sus subalternos sin presionarlos en exceso. En este sentido, señalan que siempre rehuyó los enfrentamientos directos para conseguir sus fines por otros medios. También su capacidad de liderazgo en todos los aspectos de su vida.

A este respecto, muchos también le recuerdan, especialmente en Alcoy, por su faceta deportiva como jugador de ping-pong. No en vano, Jorge Abad llegó a ser campeón de España en esta disciplina y también fue miembro de la selección nacional de tenis de mesa.

Estaba casado con Inés Esteve, con la que tuvo dos hijos, Inés y Javier. Descanse en paz.