Aunque a la mayoría les parezca una odisea, también hay alicantinos que no tienen problemas para llegar a fin de mes. Al contrario, cuentan con un buen colchón para imprevistos o, si lo desean, para darse un buen capricho. En concreto, alrededor de 16.000 alicantinos cuentan en estos momentos con un patrimonio líquido superior a los 300.000 euros, es decir, sin contar propiedades inmobiliarias, únicamente en dinero contante y sonante o en acciones y fondos de inversión.

Al menos ésas son las estimaciones de la sociedad de asesoramiento financiero Diaphanum, que calcula que el «mercado potencial» de banca privada en la provincia -la suma del dinero que todos estos afortunados tienen para gestionar- ronda los 12.000 millones de euros, una cifra que asciende hasta los 35.000 millones en el conjunto de la Comunidad Valenciana.

¿De dónde salen todas estas pequeñas fortunas? Pues, según afirma el delegado de la firma en Alicante, Héctor García Quintanilla, del sector empresarial tradicional y, más concretamente, de amplio tejido industrial que tiene la provincia y de sectores como el turismo, y sólo en una pequeña parte del ladrillo. Y es que, como recordó el experto, aunque fueron muchos los que probaron fortuna en el negocio inmobiliario durante los años del «boom», la mayoría se quedó por el camino cuando llegó la crisis.

La procedencia empresarial de la mayoría de los ricos alicantinos y también el hecho de que muchos de ellos sean exportadores les hace más proclives que la media nacional a la hora de asumir riesgos con sus inversiones, según destacó el presidente de Diaphanum, Rafael Gascó, que también llamó la atención sobre la dispersión de las fortunas alicantinas. Mientras en otras provincia lo normal es que la riqueza se concentre en la capital, en Alicante está repartida por los distintos núcleos económicos que articulan la zona, como Elche, Elda, Alcoy, Benidorm o Torrevieja.

Mucha liquidez

En cuanto a las perspectivas de inversión de cara a este 2018, Gascó reconoció que en estos momentos los mercados tienen mucha liquidez. «Casi hay más dinero que cosas que comprar», bromeó Gascó, ante las dificultades que tienen los inversores para lograr rentabilidad en un entorno de tipos bajos. En cuanto a recomendaciones concretas, el director de Inversiones de la firma, Miguel Ángel García, abogó por reducir las posiciones en bonos de deuda pública o en bonos empresariales, que consideró que se encuentran en un nivel demasiado caro.

Frente a esto la principal alternativa sigue siendo la Bolsa, aunque el experto también reconoció que las valoraciones de muchas firmas también son bastante elevadas, lo que obligará a las compañías a incrementar sus beneficios para poder justificarlas. Frente a esto, señaló que su apuesta actual son los fondos alternativos «de gestores que lo han hecho historícamente bien y que con un riesgo bajo han logrado rentabilidades aceptables». También aconsejó guardar «liquidez» en las carteras para «moderar los riesgos» y, de paso, tener recursos disponibles para comprar «si surge una oportunidad».

En cuanto a las cifras de la delegación en Alicante, en su primer año en la provincia Diaphanum ha logrado captar 130 millones de euros en recursos de clientes, una cifra que confían en duplicar a lo largo de este año. En el conjunto del país el volumen de recursos gestionado ya alcanza los 500 millones de euros. La firma acaba de abrir delegación en el País Vasco.