Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Sabadell seguirá otros diez años como inquilino de sus empleados

La entidad llega a un acuerdo para prorrogar el alquiler de las antiguas sedes de la CAM en Alicante, Valencia y Barcelona, que pertenecen al fondo de pensiones de los trabajadores

El Sabadell seguirá otros diez años como inquilino de sus empleados

El Banco Sabadell seguirá ocupando al menos durante otros diez años las antiguas sedes de la CAM en Alicante, Valencia y Barcelona tras llegar a un acuerdo para prorrogar su alquiler. Los tres edificios son propiedad del fondo de pensiones de los empleados de la entidad desde que en 2008 la extinta caja de ahorros decidió venderlos para obtener liquidez, con el compromiso de seguir ocupándolos en régimen de arrendamiento. Es lo que en el sector se conoce como «sale & lease back» y que el propio Sabadell o el Santander han hecho con parte de su red de oficinas, aunque normalmente se buscan inversores institucionales ajenos al grupo.

El contrato inicial -que el Sabadell heredó tras adjudicarse el negocio financiero de la CAM- establecía un plazo de diez años que hubieran vencido este ejercicio, prorrogables por otros diez más, aunque también existía la posibilidad de que el banco ejerciera una opción de recompra de los inmuebles. El problema es que en su día, para convencer a los trabajadores, el entonces director general de la CAM Roberto López Abad -respaldado por el consejo de administración- incluyó una cláusula que garantizaba que el fondo de pensiones no sufriría minusvalías si se ejercía esta opción. Es decir, que la entidad tendría que haber comprado los edificios por la misma cantidad que se vendieron, cuando en la actualidad su valoración ha caído bastante.

En concreto, si en 2008 los edificios de la avenida de Óscar Esplá en Alicante; Pascual i Genís en València y Pasaje de Mercader en Barcelona costaron 62,8 millones, en la actualidad las últimas tasaciones apenas rondarían los 34 millones. Y eso teniendo en cuenta la revalorización que han sufrido en el último par de años, ya que su valor llegó a caer hasta los 28 millones cuando el mercado inmobiliario tocó suelo.

En su día, a mediados del año 2013, el Sabadell ya realizó una oferta de recompra de los edificios por 57 millones de euros que los responsables del fondo de pensiones rechazaron porque no igualaba el precio de venta, como recuerdan las fuentes sindicales consultadas. Tampoco en estos momentos la entidad presidida por Josep Oliu estaría dispuesta a desembolsar la citada cantidad, al encontrarse por encima del precio de mercado actual, pero sí tiene interés en seguir como inquilino de los inmuebles. Sobre todo, porque desde el pasado mes de octubre el grupo fijó su domicilio social y fiscal en el primero de ellos, para huir de la incertidumbre ocasionada por el proceso independentista catalán, y no desea volver a pasar por este trámite.

Así las cosas, la opción más sensata era la de prorrogar el contrato de arrendamiento por otros diez años, como fijaban las condiciones iniciales. Eso sí, la renovación ha supuesto una rebaja del alquiler anual, que está fijado en el 5,5% de la valoración de los inmuebles. De esta forma, si antes se pagaban unos 3,5 millones, ahora serán alrededor de 2 millones.

Subarriendo

En todo caso, que el Sabadell tenga alquilados los edificios no significa que sea su único inquilino. La entidad pidió permiso para poder subarrendarlos y dar utilidad a unos espacios que, tras la integración de la CAM, se quedaron si su uso tradicional de albergar los servicios centrales de la entidad. En el caso de la antigua sede central de la caja y ahora domicilio social del Sabadell, la entidad apenas ocupa un par de plantas, mientras que el resto se reparten entre la inmobiliaria del grupo -Solvia- y la consultora Everis, que realiza diversas tareas administrativas para el grupo.

Lo mismo ocurre con la sede de Pasaje de Mercader de Barcelona, muy cerca de Rambla de Catalunya, que también está ocupada por diversos departamentos de Solvia.

La situación más singular es el edificio de la calle Pascual i Genís de Valencia, que permanece cerrada casi desde que se produjo la integración de la CAM en Sabadell. A pesar de su privilegiada ubicación en el centro de la ciudad del Túria, la entidad no ha sido capaz de encontrar ningún inquilino que quiera instalarse. El problema, al parecer, son las obras que serían necesarias para instalar un comercio o un local de restauración, lo que ha desanimado a quienes hasta la fecha se han interesado por el inmueble.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats