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Visto así...

El general rojo

El general alemán de nombre casi impronunciable Kurt Gebhard Adolf Philipp von Hammerstein-Equord era más conocido como «El general rojo»

El general rojo

Actitud con «ce» no es lo mismo que aptitud con «pe». La aptitud es la capacidad de una persona para realizar adecuadamente una tarea, tiene una componente innata, pero también guarda relación con la capacitación. La actitud es la disposición de una persona a comportarse de una determinada manera, depende por tanto de la voluntad que se pone en realizar un trabajo.

El general alemán de nombre casi impronunciable Kurt Gebhard Adolf Philipp von Hammerstein-Equord era más conocido como «El general rojo». La razón fue su total oposición a Hitler. Decía de los nazis que eran una banda de mafiosos y pervertidos, lo que demuestra que tenía un par de reaños. Pero si lo traigo a esta columna es porque Von Hammerstein desarrolló una teoría muy interesante acerca de la dirección de personas.

Para el general, en una organización se pueden clasificar sus integrantes en cuatro tipos. Listos o tontos, en referencia a la aptitud. Y en vagos o trabajadores con relación a la actitud. Cada individuo es un binomio entre un tipo de actitud y aptitud. Decía Von Hammerstein que el 90% de sus mandos eran tontos y vagos. Pero no lo decía resignado, sino que consideraba que este tipo de oficiales era necesario para llevar a cabo los trabajos más rutinarios, ya que, a pesar de no ser eficientes, suelen ser eficaces. En el mundo de la empresa es aquel directivo que asume los procedimientos sin intención de mejorarlos: se hace así porque así se ha hecho siempre.

Los oficiales listos y trabajadores son los que el general destinaba al Estado Mayor. Son esos directivos que superan los objetivos gracias a su gran capacidad de trabajo. El trabajo es un fin en sí mismo. Como son listos, son capaces de encontrar soluciones a los problemas. Pero para Von Hammerstein los empleados listos y trabajadores no estaban entre sus favoritos. Por el contrario, el general asignaba las misiones más importantes a los oficiales listos y vagos: «El que es inteligente, y a la vez vago, se califica para las más altas tareas de mando, pues aporta la claridad mental y el aplomo necesarios para tomar decisiones de peso». Este directivo es aquel que siempre encuentra la manera más rápida y eficiente de hacer las cosas. Decía Bill Gates que prefería asignar una tarea difícil a un vago porque siempre encontraría la manera más sencilla de realizarla. Entonces, el directivo vago es la base de la eficiencia en la empresa, qué paradoja. Y sobre los empleados tontos y trabajadores el general advertía que hay que protegerse de ellos: «En este tipo de oficial no se puede delegar ninguna responsabilidad, pues siempre causará alguna desgracia».

Al margen de todo lo anterior, leer la biografía del indomable von Hammerstein es descubrir lo que significa vivir como se piensa, y no al revés. Murió de cáncer en 1943. Su familia no permitió que se le rindieran honores militares para no tener que cubrir su ataúd con la bandera nazi de la esvástica. Su viuda y sus siete hijos siguieron luchando contra Hitler y el nacionalsocialismo.

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