Con los tipos de interés literalmente por los suelos y los depósitos bancarios prácticamente sin remuneración, los fondos de inversión se han convertido en el gran refugio de los ahorradores que pretenden sacar algún partido a su dinero. Tan es así que el patrimonio de estos instrumentos financieros alcanzó al cierre de 2017 su máximo histórico tras incrementarse en un 11,7 %.

Las suscripciones netas positivas a lo largo del ejercicio se situaron en los 21.410 millones de euros, con lo que el global de los fondos alcanzó el 31 de diciembre de 2017 los 262.847 millones, según los datos facilitados por la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco). Así las cosas, diez años y medio después, y tras cinco ejercicios de crecimiento continuado, estos instrumentos superaron su anterior máximo patrimonial de mayo de 2007, cuando su volumen de activos era de 261.078 millones.

El aumento del efectivo fue paralelo al del número de partícipes en estos productos. Así, al finalizar 2017 había 10,3 millones, más de dos millones por encima de los 8,2 contabilizados al cierre de 2016. El incremento fue del 24,9 %.

La buena marcha de estos fondos contrasta con la evolución de otros instrumentos. Así, el patrimonio de las Sicav bajó un 2,2 % y se quedó en poco más de 32.000 millones. El de instituciones de inversión colectiva (IIC) inmobiliarias se redujo un 0,7 % y bajó a solo 1.078 millones. Por contra, las IIC extranjeras crecieron un 25,6 % y alcanzaron los 157.000 millones.

Rentabilidad

Salvo los monetarios y los de renta fija internacional, todos los fondos de inversión terminaron 2017 con rentabilidades positivas. De media fue del 2,64 %, -frente al 1,1 % del año precedente- si bien alcanzaron remuneraciones de dos dígitos en los diferentes tipos de renta variable internacional. La rentabilidad a un año es superior a la de 3 años (1,59 %), diez años (1,84 %), 15 años (2,50 %) y 20 años (2,04 %), según los datos de Inverco.