Guste más o guste menos, lo que resulta innegable es que el aumento de la competencia ha propiciado que las diferencias de precios que pueden encontrarse dentro de la propia provincia sean cada vez mayores. Así, por ejemplo, el pasado viernes el precio de la gasolina 95 entre la estación más cara y la más barata de Alicante alcanzaba los 23 céntimos; y en el caso del gasoil era de 22 céntimos. Entre las más baratas todas eran gasolineras de cadenas «low cost» o de centros comerciales mientras que los precios más elevados se pagaban en las estaciones de las autopistas de peaje de la zona.