Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los sectores buscan la estabilidad en 2018, pendientes de los mercados

El calzado o la promoción inmobiliaria hacen previsiones moderadas de crecimiento por los duros años de crisis sufridos y por la incertidumbre que genera el Brexit o los retos de la transformación digital

Los sectores buscan la estabilidad en 2018, pendientes de los mercados josé navarro

«Una situación similar a la de 2017»; «repetir los datos del pasado año» o «un crecimiento moderado» son las contenidas previsiones que los principales sectores de la provincia, como el turismo, la construcción o el calzado, hacen de cara a este ejercicio 2018. Las expectativas que muestran son prudentes, dado que la economía está viviendo dos años de lenta recuperación -tras una década de intensa crisis- y porque aún vislumbran incertidumbres en el horizonte.

Entre ellas, el comportamiento de los principales mercados en el exterior o de la demanda interna. Pero una de las mayores incógnitas en las que coinciden es en cuál será el impacto final del Brexit (desconexión del Reino Unido de la Unión Europea, prevista para marzo de 2019), dado que el británico es el primer cliente del turismo provincial o de la promoción inmobiliaria, pero también uno de los principales para la industria del calzado. Un sector que, además, tiene apuntado en su agenda para 2018 afrontar el reto de la transformación digital y reforzar la venta online.

Por ello, al hablar de expectativas de crecimiento prefieren hablar de avanzar hacia la estabilidad, aunque no pierden de vista que las estimaciones de crecimiento de la economía española para este año se sitúan alrededor del 2,4%, según los últimos pronósticos del Banco de España. Por tanto, una estabilidad que significaría un aumento de la actividad y del empleo. En este escenario, sin embargo, las reivindicaciones de los sindicatos son más concretas y contundentes: subidas de salarios y de las pensiones, bajada del paro y más empleo y de calidad. Al cierre de 2017, el número de personas sin trabajo en Alicante superaba la cifra de 158.000, que suponen 11.600 menos que en 2016. Y la afiliación a la Seguridad Social también registraba un avance importante. Los más de 626.000 cotizantes superan ya a los de diciembre de 2008 (607.000), y representan 23.400 más que un año antes. No obstante, en el último mes del pasado año los inscritos al sistema habían bajado en más de 2.000.

Los empresarios asumen que este año puede suponer un punto de inflexión de cara a afianzar la recuperación y a ganar en competitividad, sobre todo por las exigencias derivadas de la implantación de las nuevas tecnologías y la transformación digital.

El sector hotelero es uno de los que más se ha beneficiado en los últimos años de la importante afluencia de visitantes, sobre todo extranjeros. De hecho, es uno de los que menos ha acusado los años de crisis.

El «boom» turístico se suaviza

No obstante, en el balance del último año ya advierte de que no se han cumplido las expectativas de «boom» y de récord turísticos que se preveían a comienzos del ejercicio. La ocupación hotelera en Benidorm -la capital del turismo de la Costa Blanca- cayó más de un punto en relación a 2016. Y el sector muestra una preocupación especial por la falta de dinamismo que arrastra el mercado español, que registró una bajada del 6%, por lo que la preocupación se convierte casi en «estructural», según subrayaba la patronal hotelera Hosbec. Su presidente, Toni Mayor espera para este 2018 «repetir los resultados de 2017, aunque el listón se ha situado muy alto». Para el sector turístico, las principales incertidumbres se identifican en la evolución del mercado extranjero, especialmente el británico, pero igualmente en la competencia que supone la economía colaborativa.

A nivel de clientes, Mayor considera que los buenos datos de crecimiento (PIB) y de empleo en varios países europeos pueden favorecer la ocupación. Y en el caso de los británicos, las primeras reservas ya apuntan «a casis dos puntos por encima de los registros de 2017, aunque hay que esperar al primer trimestre para ver si se consolida esa tendencia», advierte. De cara a que finalice el proceso del Brexit, lo que interesa es saber «las condiciones que se negociarán y si será más duro o más blando», añade Mayor. No obstante, el gran reto del sector hotelero provincial este año es la competencia de otros mercados. Los que por la crisis europea o la inestabilidad en países del Mediterráneo y del norte de África han estado casi inactivos y han venido «prestando» visitantes a España y la provincia en los últimos años.

Mayor advierte de que Túnez, Grecia, Chipre, Turquía, Túnez o Egipto ya se están recuperando, «y, aunque, de momento, son Cataluña o Baleares las que se están viendo más afectadas, al final, somos vasos comunicantes», por lo que considera que 2018 será clave para medirse con la competencia que supongan estos destinos.

Y a nivel doméstico, los hoteleros consideran que la Administración debe avanzar en el control y la reglamentación de los pisos turísticos no reglados. En este sentido, el presidente de los hoteleros señala que en 2017, «a pesar de la explosión de la economía sumergida en el alojamiento y de la mayor competencia internacional y nacional,se ha hecho una buena temporada en Benidorm y en el resto de destinos de la Costa Blanca y de la Comunidad». Además, Mayor asegura que frente a esta situación, «el sector ha hecho los deberes en inversión, lo que supone que la oferta hotelera y reglada está adquiriendo más valor añadido frente a la denominada economía colaborativa, con productos definidos como el familiar, el musical el de "adults only"...» Segmentación que redunda «en mayor calidad y seguridad para el cliente», añade Mayor.

El ladrillo, a un ritmo similar

Por su parte, el sector de la promoción inmobiliaria prevé que 2018 depare una situación similar a la de 2017, año que se ha cerrado con 6.000 nuevas viviendas iniciadas, lo que evidencia la fase de reactivación que vive el ladrillo, tras la parálisis total que sufrió durante la última década por la crisis. La previsión es que este año «se construya a un ritmo similar al anterior. La sensación de las empresas es que estamos avanzando hacia un mercado estable en el que no hay "burbuja" y que se continuará creando empleo al mismo ritmo que en 2017», subrayaba Antonio Fernández, presidente de la Asociación de los Promotores de la Provincia de Alicante (Provia).

Según distintos estudios, para que el mercado esté en equilibrio, la construcción anual de viviendas debería situarse entre las 10.000 ó 12.000, «por lo que aún tenemos margen», añadía Fernández. Sin embargo, de la experiencia del ajuste inmobiliario, las empresas han aprendido y sacado conclusiones para no llegar a la temida «burbuja». «La oferta está muy profesionalizada -alude, aunque sin citarlos, a todos aquellos que se subieron al carro del «boom» sin experiencia en el sector-y se está adaptando a los nuevos criterios que se exigen, sobre todo, de eficiencia energética».

No obstante, en este escenario hacia la estabilidad, los constructores muestran preocupación por los efectos del Brexit, dado que los primeros compradores extranjeros de la edificación residencial alicantina son los británicos y el pasado año redujeron su inversión en Alicante. Las empresas intentan compensar estas caídas con los crecimientos de los mercados nórdicos o de los clientes rusos, «que se están recuperando», incidía Antonio Fernández. Además, la provincia sigue manteniendo el liderazgo en España de la venta de casas a extranjeros.

Igual de moderados se muestran los promotores sobre los precios. El presidente de Provia no cree que el aumento de la actividad se traduzca en importantes aumentos de precios en Alicante. «Puede haber una subida moderada en la vivienda nueva porque hay un incremento de los costes, aunque estaremos en el entorno de la inflación. Habrá provincias donde el aumento será más acusado, pero la provincia, tradicionalmente, registra subidas más suaves», añade.

De cara al futuro más próximo, la gran incertidumbre que señalan los promotores se refiere a las normativas urbanísticas como el Pativel (Plan de Acción Territorial de la Infraestructura Verde del Litoral) o la nueva Lotup (Ley de Ordenación del territorio,Urbanismo y Paisaje de la Comunidad Valenciana), «que vuelve a generar incertidumbre sobre nuevas inversiones en el sector», explica el dirigente de Provia, quien, además, sumaba a esta inquietud los problemas que genera el retraso en la concesión de licencias de obras por parte algunos ayuntamientos. Asimismo, insta a la Administración a agilizar los trámites del suelo que ya está clasificado como urbanizable para que no se creen problemas de escasez en el futuro.

La industria del calzado, por su parte, tiene centrados todos sus esfuerzos en recuperar los mercados más tradicionales en el contexto europeo. «Hay que ver cómo evoluciona Francia, el primer cliente, pero también Bélgica y Reino Unido, con el Brexit, donde hemos bajado», apuntaba Marián Cano, presidenta de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal). La alternativa, como se viene haciendo, es diversificar los destinos, sobre todo los extracomunitarios «para compensar». Así, se han mejorado posiciones en Estados Unidos o Rusia, entre otros. «Tenemos que buscar un equilibrio», añade.

Pero el calzado también está este año «preocupado y ocupado» en la transformación digital y en el comercio online» y los cambios que para las empresas suponen, sobre todo en el desarrollo de las colecciones y tiempos de entrega, ya que la tendencia que se impone es la de producciones más rápidas. «No hay un optimismo desbordado, pero sí contamos con estabilidad y un crecimiento moderado de la actividad».

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats