Las aseguradoras dividen a los defraudadores en tres categorías. Por un lado, están los profesionales. Se trata de bandas organizadas que se dedican, sobre todo, a simular accidentes de coche, en los que sus miembros suelen ir rotando de papel: unas veces son las víctimas y otras el conductor. En segundo lugar están los defraudadores reincidentes, es decir, «personas que engañaron una vez al seguro, les salió bien y lo vuelven a intentar», según explican desde Unespa. Por último están los defraudadores oportunistas, aquellos que sufren un siniestro real y ven la oportunidad de incrementar la cantidad a cobrar o deciden incluir en el parte daños anteriores para ahorrarse la reparación.