La tentación es grande. Un accidente con el coche en el que se intenta que el seguro repare también la abolladura provocada por el roce contra la columna del párking; o las goteras de un vecino que, casualmente, acaban cayendo sobre un ordenador portátil. Y eso por no hablar de las bandas de profesionales que se dedican a simular todo tipo de accidentes. Las compañías aseguradoras se enfrentan cada año a decenas de miles de intentos de fraude de lo más variado, que suponen un fuerte lastre para sus cuentas de resultados y que tratan de combatir por todos los medios posibles. Sobre todo en zonas como Alicante, donde el porcentaje de engaños es más elevado que la media

Sólo el año pasado las principales firmas del sector, las que están agrupadas en la patronal Unespa, detectaron en la provincia 17.126 intentos de estafa. O, lo que es lo mismo, 927 casos por cada 100.000 habitantes, lo que sitúa a Alicante como la segunda demarcación con mayor tasa de fraude al seguro, sólo por detrás de Málaga, donde se registraron 1.379 casos. Coruña (855 casos por 100.000 habitantes), Murcia (853), Zaragoza (825), Valladolid (821) o Sevilla (789) son otras de las demarcaciones con mayor incidencia de esta realidad que, como recuerdan desde la citada organización, supone que el resto de usuarios deban pagar un sobrecoste por sus pólizas para cubrir la cantidad «extra» que se llevan los amigos de lo ajeno.

En cifras absolutas, el mayor número de intentos de estafa se produjo en los seguros de vida, salud y los que cubren accidentes o bajas laborales, con un total de 9.942 fraudes descubiertos el año pasado en Alicante. Sin embargo, en porcentaje sobre el total de partes presentados, son los seguros de automóviles los que más irregularidades presentan. Por ejemplo, a nivel nacional se calcula que hasta un 6% de todos los siniestros en los que se reclaman daños corporales son falsos o bien se ha exagerado la importancia de los mismos. No en vano, es el territorio preferido de las bandas de profesionales ya que los importes que pueden conseguirse pueden ser considerables. En el caso de Alicante, el año pasado se detectaron 4.550 fraudes en este ramo.

Pequeños importes

En cualquier caso, en los últimos años lo que más se ha incrementado son los intentos de estafa de pequeños importes -de menos de 500 euros- protagonizados por particulares. Si en 2013 este tipo de fraudes de pequeña cantidad suponían el 30% de los engaños detectados en todo el país, el año pasado la cifra ya alcanzó el 37%. El motivo no es otro que el creciente número de ciudadanos que simula el robo de su teléfono móvil cuando quiere renovarlo para que el seguro del hogar se lo cubra.

También se disparan los falsos accidentes en casa, con el mismo objetivo de que la aseguradora cubra la reposición de un electrodoméstico o algún desperfecto. En total, en el ramo de seguros multirriesgo y responsabilidad civil la compañías afloraron 2.552 intentos de fraude en Alicante, lo que incluye también los falsos siniestros en comercios y otros negocios.

Con estas cifras no es de extrañar que las compañías dediquen cada vez más recursos para investigar los posibles engaños, especialmente si se tiene en cuenta la rentabilidad que obtienen a cambio. Según los propios datos de Unespa, por cada euro que destinan a perseguir el fraude se ahorran el pago de casi 35 euros en indemnizaciones. La media de ahorro por cada caso investigado alcanza los 2.373 euros. Al respecto, según la citada organización, son los propios tramitadores de las compañías los que suelen alertar de que algo no cuadra cuando reciben un parte sospechoso.

Por ejemplo, desde la patronal recuerdan el caso de una aseguradora que empezó a recibir facturas de operaciones de hemorroides de mujeres de edad muy joven. Además, todas se las intervenciones se habían realizado en la misma clínica por lo que se decidió investigar y se descubrió que, en realidad, se hacían pasar por hemorroides -una enfermedad cubierta por las pólizas de salud- rinoplastias y otras operaciones de estética que no entraban en la prima.

Unespa organiza cada año un concurso para premiar los casos más insólitos que descubren sus asegurados. Entre los destacados de este año está, por ejemplo, el de una familia que trató de hacer pasar el suicidio del patriarca por un accidente laboral en Zaragoza, o el de un corredor de seguros valenciano que fingió un accidente con la moto y una falsa baja laboral que tramitó él mismo.