El Sabadell ha decidido pisar el acelerador para liquidar cuando antes los activos tóxicos vinculados al ladrillo que heredó de la CAM y que se encuentran bajo el paraguas del esquema de protección sufragado por el Fondo de Garantía de Depósitos. Aunque la vigencia de este mecanismo se prolonga hasta julio de 2021, la intención de la entidad es desprenderse de toda la cartera que aún tiene pendiente el próximo año, probablemente en tres grandes lotes.

Se trata de créditos vinculados al sector promotor, terrenos, promociones en curso y viviendas cuyo valor nominal ronda los 12.000 millones de euros y que en la actualidad suponen una carga para el banco, que debe asumir sus costes de gestión sin sacarles ningún rendimiento.

Los motivos de la decisión son varios. Por un lado, la entidad quiere aprovechar el buen momento que vive el sector inmobiliario y el interés que siguen mostrando los fondos de inversión internacionales por los activos españoles, a pesar de que ya no se dan los precios de derribo de hace unos años. Es decir, que Josep Oliu y su equipo creen que es el momento adecuado para soltar definitivamente este lastre sin incurrir en las pérdidas de hace unos años.

Pero, además, los propios mercados están presionando a las entidades para que aceleren el saneamiento de sus balances, lo que ha llevado a la mayoría de entidades a vender importantes carteras. A todo ello hay que sumar las presiones del Banco de España por liberar al Fondo de Garantía de esta carga para facilitar la puesta en marcha de un fondo común europeo.

Aunque la decisión final aún no está tomada, de momento el Sabadell ya ha contratado a tres consultoras -Alantra, PwC y KPMG- para que preparen la colocación de estas carteras y, sobre todo, sondeen el interés de los posibles compradores y qué precios estarían dispuestos a pagar.

El Esquema de Protección de Activos fue una de las condiciones que exigió el banco catalán para quedarse con el negocio financiero de la CAM en la subasta que organizó el FROB tras la intervención de la caja alicantina. Originalmente abarcaba una cartera de 24.600 millones de euros, de los que la entidad ya ha logrado liquidar el 51%. El Fondo de Garantían debe asumir el 80% de las pérdidas que ocasionen las ventas de estos activos, mientras que el Sabadell cubre el restante 20%. Hasta la fecha, el FGD ya ha abonado dos facturas por este mecanismo: 825 millones por las operaciones de 2015 y otros 981 por las de 2016.

Escisión de Solvia

Por otro lado, el Sabadell también ha decidido crear una nueva promotora, mediante la escisión del departamento que ahora se encargaba de esta tarea en Solvia, al comprobar el incremento de la demanda de este tipo de servicios y el nuevo auge que vive la construcción residencial. En concreto, la entidad aspira a captar el negocio de los fondos de inversión que compraron numerosos terrenos en España durante la crisis pero que carecen de la infraestructura industrial para desarrollar ahora esos solares.

En este sentido, Solvia ya acumula una considerable experiencia como promotora ya que, además de poner en marcha diversas promociones sobre terrenos que son propiedad del banco, también ha trabajado para la Sareb en varios proyectos, como el que tiene en marcha en la Playa de San Juan de Alicante.

Eso sí, si Solvia tiene su sede central en Alicante, el domicilio de esta nueva promotora - Solvia Desarrollos Inmobiliarios- se ubicará en Madrid ya que es en esta ciudad donde tienen sus delegaciones en España la mayor parte de los fondos que pueden convertirse en sus clientes.

A falta de que lleguen los primeros acuerdos, el propio Sabadell dispone de una cartera de suelo valorada en unos 600 millones con los que la nueva sociedad puede empezar a trabajar.