Las comarcas del Medio y Baix Vinalopó lideran en Alicante la tasa de desempleo, que supera el 19%, lo que les lleva a situarse por encima de los promedios provincial (16,20%), autonómico (17,60%) y estatal (16,38%), según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondientes al tercer trimestre del año. Por contra, las tasas de las Marinas (Alta y Baixa) son de las más bajas, incluso, de la Comunidad Valenciana, al situarse en torno al 13%.

Dos posicionamientos diferenciados y en los extremos en el mismo contexto provincial, casi a modo del yin (principio pasivo) y el yang (principio activo), conceptos del taoísmo para referirse a la dualidad que, al mismo tiempo implican complementariedad. Dos posiciones cuya evolución está determinada por la variación de los sectores económicos dominantes en cada territorio, pero que, a la vez, conforman una interrelación en el conjunto de la economía alicantina. Por una parte, la industria manufacturera y el mármol, que no acaba de retomar la senda de la recuperación por su crisis exportadora, marcan el peso económico en el caso de las comarcas del Baix y Medio Vinalopó; y de otra, el turismo, pero también la construcción, en el de las Marinas. El primero es el gran motor de la economía provincial y el segundo, una actividad que comienza a soltar el gran lastre que le ha supuesto sufrir una década de profundo ajuste, tras vivir un ciclo de auténtica «burbuja».

Al margen de la evolución diferenciada en la comparativa de estas cuatro comarcas, el conjunto del territorio provincial reflejó el pasado trimestre el efecto positivo para el empleo del repunte y reactivación que viene registrando la economía española y provincial. Las nueve comarcas alicantinas han reducido sus tasas de paro en relación a hace un año. El recorte medio provincial es de 2,4 puntos porcentuales, aunque, paradójicamente, la que experimenta el menor descenso (-1,98) es la de la Marina Baixa, que también presenta la menor tasa de paro (13,31%).

Mayor afluencia de visitantes

Benidorm -capital del turismo de la Costa Blanca y, como dice su alcalde, Toni Pérez, «la locomotora de la comarca» en el ámbito turístico- viene registrando en los últimos años un buen momento, gracias a las elevadas cifras de afluencia de visitantes internacionales, que se ha visto incrementada por la situación de inseguridad de otros países competidores en la zona del Mediterráneo. Así, el crecimiento de la ocupación hotelera y del dinamismo de los negocios vinculados al turismo han deparado un aumento de los puestos de trabajo. Pese a ello, Toni Pérez incide en que «aunque la tendencia es positiva, no podemos ser conformistas». Pero para el primer edil, en el caso de Benidorm, «lo importante era cambiar la tendencia. Y hemos logrado pasar de una situación en la que se destruía empleo a crearlo». E interpreta el hecho de que, pese a ello, sea en la Marina Baixa donde menos haya bajado la tasa de paro en la provincia a que cuando se ha ido reduciendo de forma importante el nivel de desempleo, «cada vez resultará más complicado registrar mayores descensos».

La «alianza» del turismo y ladrillo

No obstante, Toni Pérez considera que los «deberes» que ahora dominan los mensajes de las marcas sobre la necesidad de «consolidar al turista para desestacionalizar, Benidorm ya los hizo hace veinte años». Una estrategia que, a su juicio, está permitiendo que los negocios vinculados a este sector «tengan plantillas fijas», al contrario de lo que ocurre en otros destinos, que cuando termina la temporada «los trabajadores tienen que irse a otras zonas a buscar empleo».

Por su parte, la Marina Alta tiene una tasa de paro del 13,65%, que se ha visto reducida en el último año 2,66 puntos porcentuales, según la EPA. José Chulvi, alcalde de Xàbia, considera que, además del importante peso que tienen el turismo y las actividades asociadas al mismo en la economía de la zona, también supone una importante aportación la construcción, «cuya recuperación tiene su reflejo en la mejoría en el empleo, ya que no sólo es el sector inmobiliario el que se mueve, sino otros negocios auxiliares».

Al igual que Benidorm, Chulvi considera que la desestacionalización en el turismo -«al que está contribuyendo el aumento de las estancias de fin de semana- también es un factor que ayuda al mantenimiento del empleo. Y añade que el hecho de que muchos municipios de la Marina Alta sean zonas de segunda residencia, «hace que la actividad muestre una mayor consolidación y que no dependa tanto de las fluctuaciones que registre el turismo por la incidencia de factores internacionales».

La industria, en el interior

En el otro extremo se encuentran las dos comarcas que lideran la tasa de desempleo en la provincia, marcadas por el peso de la industria manufacturera, una menor incidencia de la construcción y el actual retroceso exportador del mármol, que también sufrió las consecuencias del ajuste de la actividad inmobiliaria.

El Medio Vinalopó registró en el tercer trimestre del año el nivel más alto de paro en la provincia, con una tasa del 19,21%, aunque ha conseguido reducirla en el último año en 2,45 puntos porcentuales. El alcalde de la ciudad zapatera de Elda, Rubén Alfaro, interpreta que este posicionamiento tiene sus raíces en la crisis que sufrió la industria del calzado (antes de la gran recesión de la economía de los últimos diez años) y las deslocalizaciones, «que hicieron que muchos trabajadores tuvieran que irse a la construcción, sector que posteriormente sufrió un duro ajuste, lo que significó un aumento de las cifras de paro en la zona», explica. Sin embargo, ahora que el mercado inmobiliario está repuntando, «aquí no lo está haciendo con la misma intensidad que en las áreas del litoral. De ahí que haya una menor recuperación del empleo porque esos parados de la construcción no se han podido reincorporar al mercado laboral tan rápidamente como en otras zonas», explica Alfaro.

Por su parte, la comarca del Baix Vinalopó cerró el tercer trimestre con una tasa de desempleo del 19,11%. Carlos González, alcalde de Elche, capital de esta comarca, no obstante, advierte de que en los dos últimos años la ciudad ha reducido su bolsa de parados y ha aumentado las cifras de afiliación a la Seguridad Social, «luego la economía ilicitana se está recuperando de la larga crisis», incide González.

Una mejoría que en el último año también se ha visto reflejada en la comarca con una bajada de la tasa de paro en 2,42 puntos porcentuales.

«Una reactivación desigual»

No obstante, el alcalde de Elche, también ciudad zapatera, reconoce que esta reactivación «es desigual. No se está produciendo con la misma intensidad en todos los sectores». Una circunstancia que «se concreta en una menor actividad económica en la construcción, que fue un potente motor de la economía local antes de la crisis y que generaba mucho empleo en la ciudad», añade. Y, al igual que el primer edil de Elda, incide en que, pese a que hay una cierta recuperación en esta actividad, «no está creando el trabajo suficiente para reducir el paro generado y acumulado en los años de la crisis».