La buena marcha del mercado laboral, aunque sea a base de empleos precarios y por horas, está sentando muy bien a las arcas públicas que, gracias a las retenciones que se aplican en las nóminas y a los pagos que efectúan los profesionales, han visto incrementar notablemente sus ingresos. Una mejora que se percibe especialmente en la provincia de Alicante, donde la recaudación de la Agencia Tributaria creció un 10,6% hasta el pasado mes de septiembre, el doble que la media nacional, de acuerdo con el último informe elaborado por el organismo público.

De esta forma, en los nueve primeros meses del año los contribuyentes alicantinos pagaron un total de 2.056 millones de euros por el conjunto de tributos de carácter estatal que se encarga de gestionar el Ministerio de Hacienda, aunque luego ceda una parte de ellos a las comunidades autónomas y los ayuntamientos. Una cifra que supera en 197 millones la que se consiguió en el mismo periodo del año pasado.

De ese incremento total, casi un 60% se corresponde con el aumento que experimenta el Impuesto de la Rentasobre las Personas Físicas (IRPF), cuya recaudación en la provincia pasa de los 690 millones del año pasado a los 802 millones actuales. Una tendencia al alza que se registra también a nivel nacional y que la propia Agencia Tributaria atribuye a «la evolución de las retenciones del trabajo y los resultados de la declaración anual». En el primer caso señala, además, que este aumento de las retenciones se debe a la existencia de un mayor número de trabajadores ocupados «ya que la retribución media es prácticamente la misma que hace un año y el tipo medio (que se aplica) es ligeramente inferior».

En cuanto a la Campaña de la renta, el organismo público señala que este año muchos contribuyentes optaron por adelantar el pago de las declaraciones que salían a ingresar, lo que también ha contribuido a elevar los números.

En cualquier caso, lo significativo es que, con estas cifras, el IRPF se convierte en el nuevo motor de recaudación tributaria y toma el relevo al IVA, que en los últimos años había sido el impuesto que más incrementaba su aportación a los presupuestos públicos. Por el contrario, el tributo que grava el consumo se ha visto afectado en los últimos meses por la desaceleración que se empieza a percibir en la actividad económica y, sobre todo, por el nuevo sistema de gestión que ha introducido la Agencia Tributaria, que obliga a un buen número de empresas a remitir sus facturas cada ocho días. Un sistema que ha acelerado los pagos pero también las devoluciones de muchos grandes contribuyentes. Aún así, en el caso de la provincia las cifras todavía son positivas, con una recaudación hasta septiembre de 825 millones por IVA, un 4,2% más que en 2016. Algo que no ocurre a nivel nacional, donde los ingresos por este tributo caen un 0,3%.

Más pagos de empresas

Más allá de los dos grandes impuestos, también presenta una evolución especialmente positiva la recaudación del Impuesto de Sociedades, que es el que grava los beneficios empresariales. Así, hasta septiembre sumó 262 millones, un 13% más que en el mismo periodo del año pasado. Aún así, sigue muy alejado de las cifras anteriores a la crisis.