¿Qué le parece la iniciativa del Instituto de Economía Internacional de la UA e INFORMACIÓN de analizar la evolución económica de los últimos diez años?

Es una iniciativa absolutamente positiva y muy interesante. Creo que, a la hora de planificar, es fundamental saber bien el estado de la cuestión y tener claras, también, las causas y las implicaciones que tienen todos los movimientos de política económica. Por tanto, creo que es un gran acierto.

¿Qué lección deberíamos extraer de esta crisis?

Deberíamos ser capaces de aprender mucho, de lo bueno y de lo malo. En primer lugar, es evidente que aquí se fomentó una economía de la especulación que ha tenido unos resultados dramáticos y algunos de ellos ya son irreversibles, como la pérdida del sector financiero propio. La CAM en Alicante era fundamental, era un motor que hemos perdido. Además, esa economía de la especulación ha provocado una fractura social importante al estallar. Por tanto, como primera lección, está claro que hemos de pasar de esa economía de la especulación a la economía de la innovación. Por otra parte, como positivo me quedo con la reacción de las empresas frente a la crisis. Se ha demostrado que hay un tejido industrial potente, que ha sido capaz de internacionalizarse y conseguir unas grandes cuotas de exportación en las peores circunstancias. Eso es algo que debemos aprovechar.

Lo que comentaba usted ahora coincide con una de las conclusiones del informe, que hay que potenciar la economía del conocimiento, ¿qué hace el Consell para lograrlo?

La apuesta por la nueva economía es fundamental en las líneas estratégicas de la Generalitat. Ahora, además, vamos a tener dos instrumentos importantes para conseguirlo: por una parte, tenemos la Agencia Valenciana de la Innovación, para transmitir al conjunto de las pequeñas y medianas empresas, fundamentalmente, todos esos procesos de innovación y sumar sinergias. Y, por otra parte, también va a ser fundamental el distrito digital, que es una propuesta que se implantará en Alicante, en la antigua Ciudad de la Luz y que es una iniciativa apasionante para la atracción de empresas y la organización de eventos de la nueva economía.

El documento también analiza el estado de algunos proyectos de infraestructuras, como el Corredor Mediterráneo. Creo que su relación con el ministro Íñigo de la Serna es bastante buena, ¿cree que logrará darle el empujón necesario al proyecto?

Creo que hemos conseguido, con la labor inestimable de empresarios y sindicatos, visualizar desde la Comunidad Valenciana la importancia estratégica que tiene para España y para Europa la construcción del Corredor Mediterráneo. Es fundamental. Parece que se ha producido un cambio de posición política por parte del Gobierno de España, al menos, en cuanto a lo declarativo. Ahora esperemos que esto se haga realidad y que pase de lo declarativo al ejercicio presupuestario. Pero ahora todo el mundo ya es consciente de la importancia estratégica que tiene. Yo siempre he encontrado mayor receptividad en Bruselas que en Madrid pero es evidente que el corredor por el que circulan el 50% de las exportaciones españolas debería tener una consideración que no ha tenido hasta ahora. En cualquier caso, tenemos que apretar el acelerador e intentar recuperar todo el tiempo perdido.

Otra de las heridas que deja la crisis es el aumento de la pobreza y la desigualdad, ¿qué medidas están adoptando para corregirlo?

Sin querer hacer un ejercicio de autobombo ni triunfalismo, hay una realidad que es que en estos dos años de legislatura hay 120.000 personas más que están trabajando, la tasa de desempleo ya ha bajado del 20% y estamos en un camino de recuperación del empleo industrial en una manera importante. En el último semestre, de cada dos empleos industriales creados en España, uno ha sido en la Comunidad Valenciana. Hemos superado también el 20% del PIB industrial. Todo eso son buenas noticias pero es obvio que estamos muy lejos de conseguir los objetivos. También es cierto que hemos sido la Comunidad que más hemos reducido la tasa de pobreza, cuatro puntos. Hay buenas noticias pero son manifiestamente insuficientes. Yo creo que el camino correcto es avanzar en la sociedad del conocimiento, la nueva economía, que significa mayor capacidad de nuestras empresas para competir en base a innovación y tecnología.

Una de las cosas en que se incide en el informe es que muchos de los empleos que se crean tienen salarios muy bajos. ¿Qué pueden hacer desde su ámbito de competencias para que suban?

Desde luego, yo animo a que haya un pacto justo salarial. Creo que las empresas que tienen mayor solvencia son aquellas que tienen empleados con salarios dignos y las que tienen el mayor nivel de estabilidad. Sé de las dificultades que han pasado las empresas pero, ahora que están en proceso de recuperación, esa recuperación debe llegar a los salarios de la manera más rápida posible. Mantener como objetivo una competitividad basada en la devaluación salarial es una mala estrategia.

Está claro que la infrafinanciación es uno de los mayores problemas de la Comunidad, ¿lo veremos solucionado esta legislatura?

La situación es inaguantable, no puede persistir la injusticia cuando ya se sabe que es tan injusticia. Obviamente, hay un compromiso en 2017 de plantear un nuevo modelo de financiación. Se ha cumplido la primera parte, que es el informe de los expertos, y ahí la posición de la Comunidad Valenciana ha sido decisiva para delimitar el diagnóstico y la propuesta de acuerdo. Desde el punto de vista técnico, se ha avanzado mucho en este planteamiento general. Ahora el tramo que queda es el político, que debe basarse en este estudio y dar una solución que, finalmente, garantice la igualdad entre los ciudadanos en España y, por otra parte, respete la singularidad territorial.