En el informe elaborado por el Instituto que usted dirige llegan a la conclusión de que debe incorporarse la Economía del Conocimiento

Entre 1997 y 2008, la economía española y la alicantina incrementaron muy poco la productividad ya que el crecimiento se basó en la acumulación de trabajo y capital y no en una mejora de la eficiencia de ambos factores sustentada en la innovación. Aunque entonces aumentaron las inversiones en educación y en I+D+i, ese aumento fue insuficiente, de manera que no hubo una apuesta firme por la Economía del Conocimiento por parte de los poderes públicos. Ahora bien -y salvo excepciones-, tampoco la hubo por el sector privado. Los poderes públicos y los empresarios no apostaron entonces por el largo plazo salvo excepciones como digo. Durante la crisis, la contracción del gasto público ha empeorado la situación. Espero, sin embargo, que la provincia inicie una nueva andadura. De hecho, son buenas noticias la aparición en Alicante de jóvenes empresarios dispuestos a innovar y la creación en La Ciudad de La Luz de un centro de economía digital e inteligencia artificial especializado en proyectos educativos, de comercio y de turismo.

¿Considera que la Administración no consulta a las universidades todo lo que sería aconsejable?

Las administraciones públicas y, por supuesto, las empresas deben aprovechar mejor los conocimientos y el capital humano que brinda la universidad. Ahora bien, la universidad también debe fomentar esa colaboración impulsando estudios de grado y master e investigaciones que permitan a las administraciones y a las empresas aumentar su eficiencia.

La provincia de Alicante continúa basando el grueso de su modelo económico en el sol y playa, el calzado, mármol, agricultura,... cuyo éxito depende en su mayor parte de factores externos. ¿Por qué no hemos conseguido ser más autónomos en nuestro modelo económico, como lo son Euskadi, Cataluña o Madrid?

Un modelo no cambia de la noche a la mañana. Creo sin embargo que los sectores tradicionales de la economía de la provincia que usted menciona pueden mejorar sensiblemente su productividad si hay un esfuerzo público y privado por incorporarlos a la Economía del Conocimiento. Por otro lado, conozco a reputados economistas que sostienen que Alicante posee condiciones previas para crear un ecosistema digital del que se beneficien nuestras empresas.

Hablan ustedes de la necesidad de un gran pacto social que incluye mejoras salariales y aumento de la productividad. Parecen medidas más del largo que del medio plazo.

El pacto social para aumentar los salarios es posible ya que hace ya algunos años que la productividad está creciendo por encima de los salarios. Se trata de una medida que podría tomarse en el corto plazo. La mejora de la productividad estará vinculada a la innovación, de manera que sí que es una medida de medio y largo plazo.

Hay un capítulo en el estudio referido a la educación que desde mi punto de vista llega a unas conclusiones tan contundentes como pesimistas. Mientras no haya cambios en el modelo educativo estaremos en riesgo permanente de sufrir futuras crisis. ¿Cree que hemos perdido una generación entera de talento?

Es cierto que nuestro sistema educativo presenta defectos que deben superarse para una mejor adaptación a la Economía del Conocimiento. Sin embargo, la disparidad que entre 1997 y 2007 se dio entre aumento del nivel educativo y baja productividad fue consecuencia de la mala asignación del capital humano ya que el crecimiento económico se sustentó en actividades que requerían escasa cualificación, con lo que muchos jóvenes con estudios universitarios encontraron empleo en trabajos que no requerían esos estudios. El mal aprovechamiento del capital humano se ha acentuado durante la crisis económica y sobrevivirá si no fomentamos cambios educativos como los que han llevado a la práctica países más innovadores.

¿Por qué somos incapaces de implantar un modelo educativo eficaz?

Para alcanzar una educación como la de los países más avanzados hacen falta un mayor gasto público en educación y una correcta asignación de ese gasto en beneficio de la utilización de las TIC en la educación. Ahora bien, una y otra cosa requieren a su vez de voluntad política, de manera que urge alcanzar un acuerdo entre los partidos políticos para impulsarlas de modo progresivo y sin retrocesos.

Es notorio el peso financiero que ha perdido esta provincia con la desaparición de la CAM. ¿Considera que Alicante afronta más riesgos para la recuperación sin una entidad financiera propia?

La crisis ha supuesto una mayor concentración del sistema bancario, lo que podría en efecto reducir la oferta para usuarios y empresas. Creo sin embargo que esto no sucederá. De hecho, desde 2016 se ha producido en la provincia un repunte de la concesión de créditos a empresas y familias.

El mercado de trabajo continúa siendo precario y de difícil acceso. ¿Corremos el riesgo de pasar de la generación más formada de la historia a la más frustrada?

La reforma laboral de 2012 ha coadyuvado a bajar los salarios y también ha facilitado a las empresas la flexibilidad interna, pero no ha logrado reducir la dualidad y la temporalidad ya que apenas ha impulsado el empleo indefinido. Corremos, en efecto, ese riesgo si no apostamos por la innovación e introducimos cambios institucionales en nuestro mercado de trabajo.

¿Puede citarme tres medidas económicas que deberían aplicarse de forma prioritaria para que esta provincia / Comunidad / país no vuelva a cometer los mismos errores de la últimas dos décadas?

La clave es aumentar la productividad y en las facultades de Economía se enseña que siempre que haya un marco institucional adecuado, esto se logra aumentando el stock de capital y la innovación. Así pues, mayores inversiones en educación, I-D+i e infraestructuras, como el Corredor Mediterráneo, por ejemplo.