La crisis económica ha mermado la capacidad económica de todos los municipios de la provincia pero han sido las pequeñas poblaciones, las que no llegan a los 5.000 habitantes, las que más han sufrido sus consecuencias. En concreto, mientras los ingresos por habitante del conjunto de consistorios alicantinos descendió un 6% entre los años 2006 y 2015, en el caso de estas pequeñas poblaciones la caída fue de casi cuatro veces más, de un 22%, lo que les obligó a elevar más su nivel de endeudamiento.

Es una de las conclusiones a las que llegan los profesores Ángel Sánchez y Estefanía López tras analizar la evolución de las finanzas municipales durante la última década. Un análisis que forma parte del informe Crisis y recuperación de la economía alicantina que el próximo lunes presentan INFORMACIÓN y el Instituto de Economía Internacional de la UA, en un acto en la Estación Marítima de Dénia. Un informe que el diario entregará a sus lectores el próximo martes 26, junto a la edición impresa del periódico, y que podrá descargarse en la web a partir del miércoles.

El estudio recoge que los ingresos del conjunto de ayuntamientos alicantinos ha pasado en los diez años analizados de 1.016 euros por habitante a 960. Un descenso que, eso sí, no ha sido homogéneo. Así, mientras que las poblaciones de pequeño tamaño han sufrido caídas muy superiores -los de menos de 5.000 habitantes han pasado de ingresar 1.206 euros por residente a 947- los de tamaño medio -entre 20.000 y 50.000 habitantes- incluso han logrado mejorar sus cifras durante la última década. Hay que tener en cuenta que a un ayuntamiento de reducidas dimensiones le cuesta más prestar sus servicios, en proporción a uno grande, ya que no pueden aplicar economías de escala.

Los autores también destacan que buena parte de esta caída se debe a los recortes en las transferencias que las administraciones locales reciben del Estado, mientras que la caída de sus ingresos propios ha sido más moderada, ya que éstos proceden en gran medida del IBI (el Impuesto de Bienes Inmuebles) que no depende de la evolución económica y cuya base aumentó notablemente en los años previos a la crisis, con la expansión inmobiliaria.

Menos inversiones

Pero quizás las consecuencias más duras que ha tenido la crisis en las finanzas municipales se ven a la hora de analizar el gasto. Mientras que el capítulo de inversiones se ha desplomado un 69% desde 2006, la partida dedicada a gastos financieros se ha disparado un 124%. Es decir, que los ayuntamientos destinan ahora más del doble de dinero a sufragar créditos, una consecuencia directa del plan de pago a proveedores que puso en marcha el Gobierno central. El informe también recalca que los gastos financieros de las pequeñas poblaciones crecen más que los de aquellos de mayor tamaño. Para los autores, estas cifras ponen de relieve un «grave problema de financiación municipal» y consideran que mejorar los ingresos de las pequeñas poblaciones debe ser «un objetivo prioritario».