A pesar de que hace ya tres años que las grandes cifras macroeconómicas empezaron a dar síntomas de recuperación, las consecuencias de la crisis siguen lastrando la mayoría de economías domésticas y la situación de las comunidades de vecinos son un buen ejemplo de ello. Y es que hasta un 57% de ellas asegura haberse visto «muy o bastante afectadas» por la recesión, lo que se ha traducido principalmente en un notable aumento de la cifra de vecinos morosos, una plaga que ya afecta a tres de cada cuatro edificios en la Comunidad Valenciana.
Así lo pone de manifiesto un estudio realizado por la Universidad Rovira y Virgili de Tarragona para la compañía Mutua de Propietarios, que sitúa a la valenciana entre las autonomías con mayor índice de impagos de toda España, sólo superada por Cantabria, donde hasta un 88% de las comunidades cuenta con algún vecino incumplidor; Baleares, con un 83% de afectadas; y Andalucía y Castilla-La Mancha, con un 77%.
Como es lógico, este aumento de la morosidad supone una importante reducción de los recursos disponibles, lo que ha obligado a muchas juntas de propietarios a ajustarse el cinturón y reducir en lo posible los gastos. De esta forma, según la citada encuesta una de cada tres comunidades se ha visto obligada a posponer reformas que tenía previstas y otro porcentaje similar ha cambiado de proveedores para rebajar las principales facturas, como la luz, los servicios de mantenimiento o la limpieza. En los casos más extremos -un 2%- en algunos edificios incluso se han visto forzados a cerrar determinados servicios, como el ascensor.
En otros casos, un 20% de las comunidades ha optado por recurrir al endeudamiento para afrontar la situación. Sea como sea, lo cierto es que uno de cada seis consultados reconoce que ha sido imposible impedir que las zonas comunes se encuentren en peor estado.
Otro de los problemas que ha ocasionado la crisis en muchas comunidades es un aumento del número de pisos vacíos, que afecta a uno de cada diez bloques en la autonomía, y también la gran cantidad de viviendas que ha acabado en manos de bancos o fondos de inversión que, con frecuencia, tampoco han asumido sus obligaciones. Hasta el 12% de las comunidades ha tenido que lidiar en los últimos años con esta situación ante el elevado número de embargos que se ha registrado.
Pisos turísticos
Aunque no esté relacionado con las crisis, otra de las cuestiones de las que empiezan a quejarse muchos propietarios son los pisos turísticos. Un 7% de las comunidades ya ha sufrido en sus carnes la presencia de estos negocios en sus edificios y otro 13% lo señala como uno de los posibles problemas de la comunidad en el futuro. También preocupan los «okupas», aunque de momento es residual el porcentaje de encuestados que ya se ha visto afectado por este tipo de inquilinos.
Por último, el estudio también refleja que sólo un 44% de las comunidades consultadas en la autonomía había pasado la Inspección Técnica de Edificios (ITE). Entre los que pasaron esa revisión, siete de cada diez realizaron las mejoras que recomendó este estudio.
