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Rafael Gallego: «No se puede culpar a las viviendas vacacionales de la turismofobia»

«No habrá daños si se queda en esto; pero si hay actos con mayor violencia, lo vamos a notar», asegura

Rafael Gallego: «No se puede culpar a las viviendas vacacionales de la turismofobia»

¿Cómo se ha llegado a esta situación (protestas contra turistas)?

Lo venimos viendo desde el verano de 2016 en Cataluña y Baleares, y en particular en Barcelona y Palma, ciudades donde se están produciendo este tipo de situaciones (turismofobia).

¿Tiene repercusión la turismofobia en los mercados emisores?

No, y no las va a tener si no sigue creciendo. También es cierto que tenemos a grandes competidores fuera de juego por sus problemas de seguridad, por lo que muchos turistas no tienen destinos alternativos.

¿La imagen de España como destino amable está preservada?

Sí. Los turistas que nos visitan saben situar geográficamente las diferentes regiones y cuál es la situación de cada una. Insisto en que no habrá daños si se queda en esto; pero si hay actos con mayor violencia, lo vamos a notar.

¿Ayuda el turismo de borrachera a que se prodiguen las protestas?

No, esto no tiene que ver con situaciones que se producen en Magaluf, Benidorm o zonas de la Costa Brava, donde más se concentra ese turismo conocido como de borrachera; tiene que ver con el turismo urbano.

¿El alquiler vacacional ha sido un detonante o una disculpa?

Más disculpa que detonante. El turismo de borrachera que aparece por lugares como Magaluf o Benidorm va a la oferta de determinados establecimientos a los que por quedar obsoletos no les queda más remedio que competir con unas tarifas muy baratas. En absoluto puede culparse a las viviendas vacacionales de la turismofobia.

¿Quiere decir que este segmento no da razones para las protestas que se están produciendo?

Hace ya tres o cuatro años que empezó a surgir el alquiler vacacional. Las administraciones tendrían que haberlo regulado entonces y no ahora, cuando ya se han producido algunos efectos negativos, como es el encarecimiento de los alquileres residenciales.

¿Qué motivo tienen entonces para surgir?

Tengo mi interpretación. Coincide que se producen en dos lugares donde gobiernan partidos populistas de la línea de Podemos y que están haciendo política con el turismo.

¿De qué manera?

El año pasado ya advertimos de que determinadas declaraciones, como las del consejero de Turismo de Baleares, hablando de masificación y perjuicios de la actividad turística, o en Barcelona la alcaldesa, Ada Colau, y parte de su equipo, no iban a traer nada bueno. Será casualidad, que es algo en lo que no creo, pero empezaron a aparecer pintadas en ambas ciudades en contra de los turistas. Ya en agosto de 2016, un grupo de turistas sufrió un intento de agresión en un barrio de Barcelona; les arrojaron vasos de cristal.

¿Defiende entonces que el origen es político y no social?

Esto viene muy enfocado por unos partidos que tienen un toque populista y que lo que quieren es sacar un rédito político. En el caso de Barcelona y Palma de Mallorca, es Arran el que lidera las protestas, un grupo ligado al independentismo catalán. Lo intentaron en la Comunidad Valenciana, pero allí los políticos, en concreto el presidente, Ximo Puig, a diferencia de los de Barcelona y Mallorca, salió en defensa del turismo, y eso algo que alabamos.

¿Dónde está el rédito de esas acciones?

Esos partidos entienden que cuanto peor nos vaya a los trabajadores, mejor les va a ir a ellos. El año pasado me hicieron una entrevista en Baleares y ya me hablaban de turismofobia.

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