El comercio exterior alicantino fue en los momentos más duros de la crisis el verdadero balón de oxígeno de la economía provincial. Una circunstancia que propició, además, que las pymes que con anterioridad no habían dado el salto internacional se decidieran a explorar los mercados exteriores.

En el periodo entre 2012 y 2015, la exportación de productos alicantinos registró cifras récord, con incrementos de más del 11% en 2013 y 2015, según los balances anuales del Instituto de Comercio Exterior (ICEX). Pero en 2016 llegó el correctivo, que se ha prolongado en algunos meses de este año.

Las ventas al exterior se veían lastradas, sobre todo por el calzado, principal sector exportador alicantino. Por una parte, porque se venía de crecimientos muy elevados durante cuatro años consecutivos. Y, por otra, porque los exportadores se encontraron casi de repente con una profunda crisis de sus principales mercados en Europa -los más tradicionales- dentro de un periodo de inestabilidad en el marco de la Unión Europea, donde también se vivían momentos de incertidumbre por los posibles efectos del «Brexit». Factores al que se sumó en el primer trimestre de 2016 el impacto en el consumo de los atentados yihadistas que sufrieron las capitales de los principales clientes de la provincia, como Francia, Alemania o Bélgica.