En el maremágnum que era ayer la calle Prim, sede provisional de la Audiencia Nacional, con el trasiego de exvicepresidentes de la CAM acompañados de sus abogados además de una treintena de informadores a la caza de los detenidos en la operación Púnica, apareció quien fuera vicepresidente primero de la caja y presidente de Hansa Urbana en representación de la CAM Francisco Javier Gillamón. El murciano, que se ha tomado un año sabático y está preparando un estudio sobre el conde de Floridablanca, hizo hincapié en que dejó la CAM en 2006 y aseguró a este diario que su presencia en ese lugar y en ese momento se debió a una casualidad. Y puede que lo fuera. Pero con lo que allí se movía, cuesta creerlo.