El presidente de la Fundación Caja Mediterráneo, Matías Pérez Such, negó ayer, tras la reunión constitutiva, que la institución nazca politizada por la gran presencia de exresponsables municipales, autonómicos o incluso estatales en su patronato y defendió que «cada miembro se ha elegido por su valía personal». «No seamos fascistas: el haber sido político no invalida para la vida social y todos los que hay aquí tienen una trayectoria impecable», insistió el también exsecretario autonómico de Turismo.

Al respecto, aseguró que «los únicos que han politizado la institución son los que obligaron a que el exalcalde de Dénia (Sebastià García) renunciara a formar parte de la fundación, donde estaba por sus méritos». García presentó su dimisión antes de su nombramiento para evitar que éste se pudiera utilizar como arma contra Compromís ya que podía entenderse que había existido un pacto con el PP para su designación, lo que iría contra la política oficial de la coalición nacionalista.

Pérez Such también se volvió a referir a la amortización a cero euros de la cuotas participativas que emitió la CAM y que ha provocado que miles de ahorradores pierdan sus ahorros. El presidente de la Fundación insistió en que «no había otra alternativa» y que la gestora se limitó a cumplir con «el formalismo» de liquidarlas pero que el valor de cero euros se lo dieron el FROB y la asamblea cuando aprobaron las cuentas de la CAM del año 2011, que registraron pérdidas de más de 2.000 millones