La venta del 7,5% de Bankia supone para los contribuyentes recuperar 1.300 millones de la inyección de dinero público efectuada por el Estado en mayo pasado. Con su petición de 22.400 millones, el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia, provocó el rescate financiero de España a mediados de 2012. Sin embargo, nueve meses después de que BFA participara en mayo de 2013 en la ampliación de capital de Bankia con 10.620 millones, el Estado empieza a recuperar la inversión. La perspectiva es que en los próximos meses se vendan más acciones y el retorno, por tanto, sea mayor, aunque todavía es pronto para saber qué porcentaje de las ayudas volverá a manos del Estado.

Bankia es la gran esperanza del Gobierno para recuperar una parte sustancial del rescate. Su situación contrasta con la de otras entidades nacionalizadas, como el Banco de Valencia, donde el dinero público invertido asciende ya a cerca de 7.000 millones de euros tras su venta a CaixaBank. Ese dinero no se recuperará. Lo mismo sucederá con 8.000 de los 9.000 millones inyectados en la tercera de las entidades nacionalizadas, la gallega NCG Banco, tras ser vendida por mil millones al venezolano Banesco. En la cuarta, Catalunya Caixa, el Estado invirtió 12.000 millones y es la que falta por adjudicarse. La CAM, por su parte, se la quedó el Sabadell, pero en este caso fue el Fondo de Garantía de Depósitos el que se hizo cargo de la factura, inicialmente de 5.240 millones.

Pese a todo, el portavoz adjunto de EUPV en las Corts Valencianes Lluís Torró calificó de «error monumental» la venta parcial de Bankia, «porque será muy complicado que se consiga recuperar una mínima parte de lo que ha invertido el Estado», mientras la diputada de Compromís Mireia Mollà aseguró que el 7,5 % de Bankia se ha colocado a «un precio que no permitirá recuperar lo invertido».