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Los «chiringuitos financieros» hacen su agosto en la Costa Blanca

La CNMV alerta de que los jubilados extranjeros que residen en la zona y los turistas son objetivo prioritario de estas organizaciones

Los «chiringuitos financieros» hacen su agosto en la Costa Blanca

Ofrecen toda la apariencia de tratarse de servicios de inversión perfectamente legales. Suelen tener páginas webs cuidadas al milímetro y con apariencia profesional para que sus víctimas no sospechen nada pero, en realidad, carecen de cualquier tipo de autorización y, por tanto, de las garantías que deben respaldar este tipo de actividad. Son los denominados «chiringuitos financieros» y, según advierten desde la Oficina de Protección al Inversor de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), han encontrado en la Costa Blanca y otras zonas turísticas del litoral español el caldo de cultivo perfecto para captar a sus víctimas.

Tanto es así, que el organismo supervisor ha puesto en marcha una campaña de comunicación con el objetivo de alertar a turistas y residentes de estas áreas ante la proliferación de casos. «En estas zonas suele haber mucha población con el perfil que ellos buscan: jubilados, muchos de ellos extranjeros, con capacidad adquisitiva y ahorros -como prueba el hecho de que tengan una segunda residencia- y también con ciertos conocimientos de inversión, que les hace más propensos a asumir riesgos», explican desde la CNMV.

A esto hay que sumar que muchos de estos «chiringuitos» tienen su sede en el extranjero -con frecuencia en los mismos países de los que proceden sus potenciales víctimas- lo que también les lleva a confiar más en ellos. Además de la Costa Blanca, la Costa del Sol y las Baleares son las zonas donde se muestran más activas estas organizaciones, al tener también un importante volumen de población residente jubilada.

Así actúan

El supervisor del mercado español señala que las formas que tienen estos estafadores de contactar con sus víctimas son de lo más diversas y no difieren mucho de las que utilizan los bancos tradicionales para colocar sus productos: llamadas telefónicas, correos electrónicos, cartas tradicionales o anuncios en los medios locales suelen publicitar sus ofertas y las supuestas rentabilidades que obtienen sus inversiones. Acostumbran a sacar los destinatarios de bases de datos que consiguen de forma ilegal, por ejemplo, con los residentes que han contratado determinados productos financieros.

En otras ocasiones llegan a abrir oficinas físicas en los municipios más señalados o fomentan que sean sus propios clientes los que busquen nuevos inversores con la promesa de elevar sus beneficios por cada nuevo adepto que consigan. Es decir, un esquema piramidal puro y duro.

Otra táctica es la de poner en marcha una campaña telefónica en la que realizan una predicción sobre la evolución de determinado producto a la mitad de los destinatarios y la contraria a la otra mitad. De esta forma siempre tienen a quién llamar cuando la predicción se ha cumplido, para convencerles de lo bueno que es su sistema.

Pero la principal característica en común es que siempre ofrecen rentabilidades muy por encima de la media del mercado. Ésa es la primera clave para desconfiar, según la CNMV, que recuerda que nadie da duros a cuatro pesetas y que lo más probable es que se trate de una estafa. En este sentido, el supervisor recuerda que, al tratarse de organizaciones no autorizadas, nada garantiza el dinero que se les entrega y que lo habitual es que, pasado un tiempo, el «chiringuito» desaparezca sin dejar rastro. Ante esta situación, el supervisor recomienda comprobar siempre -por ejemplo, en la propia web de la CNMV- si se trata de un servicio registrado y con todas las garantías.

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