Consciente de que su cliente no lo tiene fácil en un proceso en el que se enfrenta a una petición de pena de más de siete años de prisión, José María Ruiz Jover, abogado del exdirector de Riesgos de la CAM Francisco Martínez, echó ayer toda la carne en el asador con un informe extenso y trabajado en el que defendió ante el tribunal la inocencia del exdirectivo al que las acusaciones consideran artífice directo de las operaciones con las que se maquillaron las cuentas de la entidad. Unos hechos que están siendo juzgado en la Audiencia Nacional en una vista oral que concluye hoy tras las intervenciones de la Fundación CAM y en Banco Sabadell.

A lo largo de casi dos horas, Ruiz Jover se centró en las actuaciones que le atribuyen a su defendido (la rehabilitación de créditos y las retitulizaciones), a las que negó que se les pueda poner el calificativo de delictivas. «En la CAM no se actuó con dolo, se estaba reclasificando como en las demás entidades», dijo el letrado para añadir, en cuanto a las titulizaciones, que «se podrá discutir si se podían dar de baja en el balance pero no que obedecían a un plan urdido por un grupo criminal».

Lo falso y lo verdadero

En línea con otros compañeros de la bancada de las defensas, el abogado arremetió contra el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). En su opinión, los administradores provisionales designados para gestionar la caja tras su intervención por el Banco de España «fueron los que hicieron las trampas», dijo en clara respuesta a la afirmación del fiscal Luis Rodríguez Sol de que los exdirectivos acusados habían hecho trampas con la contabilidad de la CAM. «Hicieron mal las cuentas y dejaron de contabilizar más de 200 millones, luego ¿cómo se determina qué es falso si no sabemos que es lo verdadero?», se preguntó el letrado.

Tras insistir en la falta de pruebas que incriminen a su defendido y en que no se le puede considerar responsable por el mero hecho de ser el director del área de Riesgos, Ruiz Jover remarcó que Martínez «nunca ordenó que se hiciera una reclasificación de préstamos en contra de los criterios que venían marcados», una política de riesgos que, aseveró, él no podía cambiar.

Sobre la venta de créditos fallidos (las mentadas titulizaciones) el abogado aseguró que se hicieron con el único objetivo de obtener liquidez en un situación crítica, que no alteraron la imagen fiel de la entidad, que en la primera década del 2000 la CAM hizo cuarenta y que era una práctica habitual en otras entidades.

«Ochoa mintió»

Guardada se la tenía el defensor de Martínez al exdirector de Información Financiera Salvador Ochoa, exculpado el lunes gracias a un informe de su perito en el que no deja dudas acerca de lo anómalo de estas operaciones al venderse los créditos con una opción de recompra de la que, al parecer, no todos tenían constancia, y soltó todo lo que llevaba dentro. «Ochoa mintió, engañó a todas las acusaciones o quiero pensar que lo hizo», dijo en alusión a la existencia de un pacto, una posibilidad que el día anterior ya deslizó Javier Boix, abogado del exdirector general Roberto López Abad. «Se presentó como una víctima y le salió bien (al asegurar que nada sabía de esas opciones), pero mi cliente informó de su existencia, lo que hicieran otros no se responsabilidad suya».

Para rematar la faena, el letrado presentó a Francisco Martínez como un miembro más del comité de dirección, «el séptimo de doce», concretó, que no era administrador «de hecho ni de derecho», que no obtuvo ningún benefició con las actuaciones que se le atribuyen y que encina perdió 30.000 euros en una cuotas de las que no se desprendió.