La necesidad de gestionar los proyectos sociales como empresas fue una constante repetida por todos los asistentes en diversos momentos del encuentro. Iria Hernández-Cañizares defendió que se trata de «un reto doble», ya que «por una parte se quiere satisfacer una necesidad y al mismo tiempo es obligado ser sostenible» desde el punto de vista económico. Por este motivo, consideró que las empresas sociales son «doblemente héroes». En este sentido, José Vicente Berná apostilló que «si no ganas dinero no te sostienes», y eso impide la continuidad de las inicativas; por ello, apeló a «hacer previsiones a medio o largo plazo» y analizar los posibles temas a resolver.

Sobre esto, Rosa Escandell añadió que «tienes que pensar en tener beneficios, pero también en qué hacer con ellos», haciendo hincapié en que deben «reinvertirse en el valor social». Asimismo, hizo hincapié en la calidad de los productos o los servicios de la empresa como una cuestión perfectamente -o incluso obligadamente- compatible con esa vocación social: «Hay que romper moldes y no asociar lo social a lo cutre», y sí «poner la mirada en que hay que ganar dinero», precisamente porque ésa es la forma de mantener el compromiso y la responsabilidad con el entorno. También Isabel Baixauli incidió en este mismo aspecto en que sólo así se consigue «dar un servicio de calidad».

Por su parte, Eduardo Jacquemin apuntó que «también es un tema cultural», porque cuesta mucho dar a conocer los diferentes proyectos y eso implioca «invertir mucho dinero en marketing y necesitar mucha financiación». Ante esto, apeló a que desde la Administración se tomen medidas como la aplicación de bonificaciones fiscales o reducciones en el precio de los alquileres. Rosa Escandell tomó el testigo de esta consideración y recordó que en la Comunidad Valenciana ya existe una Ley de Economía Social «que no se aplica». Al hilo de ello, Pablo Cervera incidió en que «la clave está en dejar de decir y empezar a hacer».

La necesidad de una orientación en la gestión empresarial fue otro de los asuntos en los que más se insistió en esta sesión. Rosa Escandell recalcó que «es una parte fundamental», al igual que Pablo Cervera, quien destacó el factor «enriquecedor» de las sesiones presenciales de BBVA Momentum, por el intercambio de experiencias que supone con otros profesionales del mismo ámbito.