El Santander ha decidido curarse en salud y atajar o, al menos, reducir en lo posible el número de demandas que se le avecinan tras la adquisición del Popular. Así, a pesar de «no tener obligación legal alguna», según apuntó la propia entidad, el banco presidido por Ana Botín anunció ayer que compensará con «bonos de fidelización» a los pequeños accionistas que suscribieron la ampliación de capital del Popular del año pasado, así como a algunos tenedores de obligaciones subordinadas. Estos bonos, que rentarán un 1% anual, permitirán recuperar hasta el 100% de las cantidades invertidas, siempre que se conserven durante siete años y que quienes acepten la oferta renuncien a emprender acciones legales.

Con esta iniciativa, el banco cántabro trata de frenar la ofensiva judicial que ya han iniciado muchos bufetes de abogados y organizaciones, pero también pretende conservar al mayor número de clientes posible del Popular, a los que también exigirá una fuerte vinculación.

En un comunicado, el Santander deja claro que su oferta excluye a los inversores institucionales y que se dirige exclusivamente a quienes compraron acciones de la quebrada entidad entre el 26 de mayo de 2016 y el 21 de junio del mismo año. También a los tenedores de obligaciones subordinadas correspondientes a las emisiones de 29 de julio y 14 de octubre de 2011.

El importe nominal máximo a entregar de estos valores negociables será, en el caso de las acciones, y con determinados límites, el equivalente a la inversión realizada por cada cliente en el citado periodo. En el caso de las obligaciones subordinadas, será la diferencia entre el importe invertido en estos títulos menos los intereses percibidos. En ambos casos, tienen que haberlas mantenido depositadas en el Grupo Popular o Santander en la fecha de la resolución del banco, es decir, que se premiará a los clientes fieles. Los que invirtieron hasta 100.000 euros recibirán la totalidad, para el tramo de entre 100.000 y 500.000 euros, el 75%; y para el tramo entre 500.000 euros y un millón, el 50%.

La propia entidad asegura que el 99% de los clientes y empleados que compraron acciones en la ampliación del año pasado invirtieron cantidades inferiores a los 100.000 euros.

Sin impacto en las cuentas

El Santander estima que el importe nominal de la emisión de bonos alcanzará los 980 millones de euros. Sin embargo, reduce a 680 millones de euros el coste de lo que denomina «acción comercial» que, según aclara, «no tendrá impacto en la cuenta de pérdidas y ganancias ni impacto adicional en el capital, al haberse incluido en los ajustes de primera consolidación de Banco Popular».

Santander explicó que la acción de compensación sigue una lógica «comercial» con el fin de reforzar la relación con los clientes en un ejercicio de «compromiso» y de «apuesta» por una relación a largo plazo. Para recibir los bonos de fidelización, los clientes deberán renunciar a emprender acciones legales contra Santander, sus administradores, directivos y empleados.

Además, tendrán que mantener, cuando se entreguen estos instrumentos, una relación comercial equivalente con el banco a la que tenían en el momento de adquisición de las acciones o de las obligaciones subordinadas de Popular. La operación está sujeta, en todo caso, al efectivo registro del folleto informativo en la CNMV y a la autorización por las autoridades de Defensa de la Competencia de la adquisición de Banco Popular.