Hacer una cama no suele suponer un gran esfuerzo pero hacer 90 en un sólo día puede resultar agotador. Es más, lo habitual es que se acabe con algún tipo de trastorno o lesión muscular. Por eso, la Generalitat ya anunció hace los meses la puesta en marcha de un estudio sobre las condiciones de trabajo de las camareras de piso de los hoteles -las populares "kellys", las "que limpian"-, que ahora ha detallado.

Tras la prueba piloto realizada en cuatro establecimientos, el Instituto Valenciano de la Seguridad y Salud en el Trabajo (Invassat) visitará a partir de septiembre nada menos que 200 hoteles de toda la Comunidad -unos 80 en la provincia de Alicante- para analizar detalladamente las rutinas que realizan estas profesionales y detectar qué errores cometen y qué medidas podrían adoptarse para evitar que su salud se resienta. "Una opción muy clara sería, por ejemplo, que las camas pudieran elevarse", señala, a modo de ejemplo, la directora general de Trabajo y Salud Laboral, Cristina Moreno, consciente de que esta solución sería muy cara para los establecimientos.

"Se trata, en definitiva, de ver qué buenas prácticas se pueden adoptar para que las trabajadoras puedan desempeñar sus tareas sin problemas", asegura Moreno. Pero, además, el estudio también servirá para iniciar el proceso para que algunas de estas dolencias músculoesqueléticas puedan ser declaradas enfermedades profesionales. "¿Por qué el dolor de espalda puede ser una enfermedad profesional para un camionero y no lo es para una limpiadora?", se pregunta la responsable autonómica, que relaciona esta falta de atención hacia las "kellys" con el hecho de que sea un sector "feminizado" y al que no se le reconoce el valor que tiene.

Sin ánimo de inspeccionar

Desde el Invasat empezaron el pasado jueves a remitir a los hoteles seleccionados una carta anunciando la visita de los técnicos de este organismo y reclamando información sobre el volumen de trabajadoras, sus tareas, los horarios y, también, los minutos que disponen para adecentar cada habitación. La Generalitat deja claro que estas visitas no tienen el carácter de inspección laboral y que no se aprovechará para controlar aspectos como la externalización del servicio, que tanta polémica ha generado. Es decir, que los técnicos no irán para sancionar sino para conocer cómo son las condiciones reales de estas profesionales. Además, para este menester ya hay en marcha otra campaña, esta sí, de la Inspección de Trabajo.

Será a partir del próximo año cuando el Consell tenga las conclusiones de este estudio y empiece con las charlas y talleres para informar a las trabajadoras de las mismas.

Sólo en Benidorm se calcula que unas 4.000 mujeres trabajan como camareras de piso en los hoteles de la ciudad, donde suponen aproximadamente el 30% de la plantilla total de los establecimientos. El convenio colectivo que acaba de firmar la patronal Hosbec con UGT supondrá una mejora para estas profesionales ya que obliga a los establecimientos a que incluyan una cláusula para sus subcontratas que obligue a respectar el salario pactado con los hoteles. Es decir, que aunque trabajen para una compañía externa, las "kellys" deberán cobrar lo mismo que si estuvieran contratadas directamente por los hoteles.