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Bares y viajes se llevan más de una cuarta parte del aumento de gasto en los hogares

El presupuesto medio de las familias alicantinas sube 1.139 euros en 2016, de los que 327 euros se destinaron a restauración y hoteles - El consumo total por vivienda alcanza los 26.094 euros

Es el mejor síntoma de que la recuperación empieza a calar y de que ya no son únicamente las grandes cifras macroeconómicas las que mejoran día a día. Por segundo año consecutivo, durante 2016 las familias alicantinas gastaron más dinero y lo hicieron, además, en una cifra que ya empieza a ser significativa, con un incremento del 4,3% frente al tímido avance del 1,7% registrado el ejercicio anterior, según la última Encuesta de Presupuestos Familiares que elabora el INE. Esto significa que cada hogar de la provincia destinó un total de 26.094 euros para cubrir el conjunto de todas sus necesidades -desde pagar la hipoteca hasta financiar las vacaciones veraniegas-, lo que supone 1.139 euros más que en 2015.

Unos datos que confirman que el consumo interno, aunque de una forma muy gradual, empieza a tomar el relevo -o, al menos, a acompañar- a las exportaciones y el sector turístico como motor de la actividad. Eso sí, todavía queda mucho camino por recorrer hasta recuperar el terreno perdido con la crisis económica ya que los citados 26.094 euros de gasto por familia aún siguen muy alejados -casi un 15% por debajo- del máximo de 30.627 euros del año 2007.

En cualquier caso, una mayor disposición a abrir la billetera que se sustenta por el aumento del empleo -que permitió que el año pasado abandonaran las listas del paro casi 15.000 alicantinos- y también por la mayor confianza en la solidez de la recuperación, que anima a realizar compras de mayor envergadura -muchas de ellas, retrasadas durante los años de recesión- y también a ahorrar menos para el futuro.

Pero, ¿a qué destinaron los alicantinos este aumento de su presupuesto anual? Pues los datos del INE no dejan lugar a dudas: la partida que más creció, tanto en porcentaje, como en términos absolutos, fue la de restauración y hoteles. Cada hogar de la provincia se dejó el año pasado 2.700 euros en comer fuera de casa y en viajes, lo que supone 327 euros más que en 2015 o, lo que es lo mismo, un 11,8% más.

En otras palabras, que las cenas con amigos, las comidas familiares o las escapadas con los amigos o la pareja acapararon el 28% -más de una cuarta parte- de todo el aumento de presupuesto de los hogares. Unas cifras que explican que el número de autónomos y el número de establecimientos dedicados a este negocio siga en aumento, aunque algunos empiecen a hablar ya de burbuja en el sector.

La casa, la mayor partida

Con todo, los datos del Instituto Nacional de Estadística corroboran que la vivienda sigue siendo la mayor carga que debe afrontar cualquier familia. Si se suman el alquiler o la hipoteca -dependiendo del caso-, los suministros de agua, electricidad y gas; y los gastos de conservación y reparación de la casa, la factura total por este apartado ascendió el año pasado a 8.041 euros por hogar, 235 euros más. Una cifra a la que hay que sumar muebles, electrodomésticos, menaje, artículos de jardinería y otros por un importe adicional de 1.208 euros.

Otra de las partidas que sube con fuerza -un 8,9%- es la de transporte, sobre todo por el incremento en la venta de coches que eleva la media de lo que cada familia destina a este menester y compensa el menor gasto en gasolina que supuso el bajo precio del petróleo. En total, suma otros 3.004 euros, 246 más que el año pasado.

Y, como no podía ser de otra manera, otro de los sectores beneficiados por el incremento de presupuesto de los consumidores fue la telefonía. En la compra o renovación de terminales cada familia se dejó unos 72 euros -un 22% más que en 2015- y las respectivas cuotas del móvil de los distintos miembros del hogar y de la línea fija de internet sumaron otros 722 euros, un 10,3% más.

Menos cultura

Frente a estos abultados aumentos, sorprende que los apartados destinados a cubrir las necesidades básicas de cualquier ciudadano apenas experimentan variación. Así, la partida para alimentos y bebidas sólo creció un 0,1% el año pasado y la destinada a vestido y calzado apenas un 0,4%. Claro que la peor parte de la llevan la cultura y la sanidad, donde las familias decidieron seguir recortando, a pesar del incremento general de sus presupuestos. En el primer caso, un 1,4%; y en el caso de la sanidad, un 2,5%, un recorte que se cebó especialmente con el gasto que realizaron las familias en el dentista.

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