El proceso de devaluación salarial que se ha producido durante la crisis no ha afectado a todos los trabajadores por igual. Han sido los jóvenes los que ha sufrido los recortes más severos en sus ingresos, hasta el punto de que se han convertido en uno de los colectivos con mayor riesgo de pobreza, tal y como alertaba hace apenas unos días el Consejo de la Juventud o como demuestran los últimos datos de la Agencia Tributaria sobre el Impuesto sobre la Renta.
De acuerdo con la información aportada por la empresas y los propios contribuyentes, los ingresos medios anuales de los asalariados alicantinas se redujeron entre 2008 y 2015 de 15.688 euros a 15.425. Una caída del 1,6% que no habría sido excesiva, visto lo visto- de no ser por los casi 11 puntos que sumó la inflación en ese mismo periodo. Sin embargo, si se desglosan los resultados por franjas de edad, la situación es muy distinta. Así, mientras que los trabajadores comprendidos entre los 56 y los 65 años que lograron mantener su empleo vieron aumentar su remuneración hasta un 4,3% durante estos años, en el caso los menores de 36 años el recorte de ingresos alcanzó los dos dígitos y, cuanto más jóvenes, peor.
De esta forma, los situados entre los 35 y los 26 años perdieron un 13,2% de sus ingresos salariales, hasta situarse en unas ganacias medias anuales de 12.412 euros; los incluidos entre los 25 y los 18 años se tuvieron que conformar con un 34,6% menos, con lo que sus ingresos reales cayeron hasta los 5.273 euros al año; y los escasos menores de edad que logran ocuparse apenas reúnen a lo largo de todo el año unos 2.250 euros, un 43,2% menos que en 2008.
Lógicamente estas cifras no reflejan el salario de aquel que tenga la suerte de tener un empleo estable a jornada completa, sino la media del colectivo, lo que incluye también a todos aquellos que sólo lograron trabajar durante unos pocos meses al año o que sólo lo hicieron por horas. Y es que, como denuncian los sindicatos, el gran problema de los jóvenes es, precisamente, la imposibilidad de acceder a empleos de calidad. Por ejemplo, en lo que va de año los menores de 25 años han acaparado más de un tercio de todas las contrataciones temporales y a tiempo parcial en la provincia, a pesar de que suponen menos de un 10% de la fuerza laboral, tal y como recuerda la secretaria general de CC OO en l'Alacantí i les Marines, Consuelo Navarro. «Ahora mismo parece que las únicas alternativas que tienen son la precariedad o la economía sumergida», se lamenta la dirigente sindical.
«Son los grandes perdedores de la crisis. La mayoría sólo logra trabajar de forma muy intermitente y así no hay manera de que creen una familia o de que se independicen», coincide la secretaria comarcal de UGT en l'Alacantí y la Marina, Yaissel Sánchez. De hecho, según el citado informe del Consejo de la Juventud, ocho de cada diez menores de 30 años siguen en casa de sus padres.
Incluso los que consiguen colocarse a jornada completa tienen problemas para salir adelante ya que muchas empresas aprovechan las nuevas contrataciones para rebajar el salarios que pagan y ajustar sus costes, mientras mantienen los de sus empleados más veteranos. Discriminación sobre discriminación.
