El modelo económico que ha permitido el fuerte desarrollo vivido por la Comunidad Valenciana desde los años 60, basado en producir a unos precios más baratos que la competencia, se ha agotado. El fenómeno de la globalización permite que ahora cualquier producto llegado desde el Sudeste asiático o la Europa del Este resulte más asequible, por lo que hay cambiar de estrategia, si se quieren mantener los actuales estándares de bienestar social.

Con esta premisa, la Generalitat Valenciana se ha propuesto poner en marcha un Plan Estratégico a diez años -de 2017 a 2027- con el que orientar a las empresas de la autonomía hacia un nuevo modelo económico basado en la innovación y la nuevas tecnologías del conocimiento, con el que hacer frente a la nueva situación. Un planteamiento que, cómo no, necesita también de análisis especializados que el Ejecutivo autonómico ha decidido confiar a la Universidad de Alicante.

Así, el rector de este centro académico, Manuel Palomar, y el conseller de Hacienda, Vicent Soler, suscribieron ayer el convenio que permitirá la creación de la Cátedra de Transformación del Modelo Económico, que se encargará de promover los debates y los estudios necesarios sobre esta cuestión. Un acto celebrado en el despacho rectoral, en el que también participaron el conseller de Economía, Rafael Climent, o el decano de la Facultad de Ciencias Económicas, Juan Luis Nicolau, entre otros representantes de ambas instituciones.

El «Document d'Elx»

Como recordó Palomar, que agradeció la confianza de la Generalitat en la UA, las líneas estratégicas del nuevo modelo ya se fijaron en el denominado «Document d'Elx», que el Ejecutivo autonómico aprobó en abril del año pasado. Un escrito en el que ya se ponía de manifiesto la necesidad de modernizar la capacidad productiva de las empresas de la Comunidad Valenciana, fomentar su innovación, apoyar el crecimiento de las compañías actuales o desarrollar áreas como la logística o la economía social. Y todo ello, claro está, fomentando también la redistribución de la riqueza o el equilibrio medioambiental.

Una tarea nada sencilla en la que la Generalitat quiere implicar a toda la sociedad, empezando por los propios empresarios y los sindicatos, pero en la que también debe haber, según destacó el conseller Vicent Soler, un componente académico.

El titular de Hacienda recordó que durante «décadas» la Comunidad Valenciana ha tenido un modelo de desarrollo «muy exitoso», basado en unos costes de producción más bajos que la media, que le han permitido vender sus productos en todo el mundo y también atraer a un gran número de turistas. Sin embargo, recordó que el proceso de globalización ha provocado que «España y la Comunidad Valenciana ya no sean la periferia. Ahora son el centro del mundo desarrollado y son los productos de Europa del Este y, sobre todo, los del Sudeste asiático los que pueden competir por precio».

Una nueva «geografía», según sus palabras, que hacen necesario el cambio de paradigma económico. «Muchas empresas ya se han dado cuenta y apuestan por la innovación», apuntó el conseller que, sin embargo, recordó que los pequeños negocios que conforman la mayoría del tejido productivo valenciano no tienen la capacidad de hacerlo por sí solos, por lo que reivindicó la necesidad de que la Generalitat lidere el proceso. También recordó que este cambio debe realizarse sin hacer «dumping social, ni medioambiental» y lamentó el cambio de política en Estados Unidos en esta última materia. Un cambio en el que la industria debe ser un actor fundamental.