Una de cada cuatro empresas alicantinas reconocen haber sufrido algún ciberataque durante el último año pero más del 40% de ellas carece de cualquier tipo de personal formado para evitar esta amenaza. Así lo pone de manifiesto una encuesta realizada por la consultora Bee Ingeniería, perteneciente a Verne Technology Group, en la que también se señala que la mayoría de las compañías ni siquiera realiza un seguimiento periódico de este problema, a pesar de los crecientes casos que se registran y la notoriedad que han alcanzado los últimos ciberataques lanzados a nivel mundial.

En concreto, son un 26% de las empresas alicantinas consultadas las que aseguran haber sido víctimas de algún ataque. A pesar de ello, la gran mayoría de las mercantiles encuestadas, el 83%, no realizaron en el último año una formación específica para sus empleados sobre los riesgos de ciberseguridad. Por otro lado, el 70% reconoce que es clave realizar esta formación y concienciación de los empleados, junto con otro tipo de acciones como realizar una auditoría para detectar posibles vulnerabilidades.

Al respecto, el CTO de Bee Ingeniería, Toni Martínez, recuerda el crecimiento exponencial de los ataques en el mundo, que afectan a todo tipo de negocios y organizaciones obligando a paralizar su actividad, como ha ocurrido recientemente. Martínez señala que en el primer trimestre de 2017 el número de ataques informáticos ha aumentado un 57%. Concretamente, donde más se han incrementado los ataques han sido a las Pymes con un 64%, frente a las grandes compañías donde también han crecido en un 44%, tal y como reflejan los datos del Centro de Respuesta a Incidentes de Seguridad e Industria (CERTSI). "Estas cifras demuestran que el negocio del cibercrimen es cada vez más lucrativo", señala el experto.

Ataques a la carta

Toni Martínez alerta además sobre el conocido como "Ramsonware as a service" que es un servicio que se ofrece a través de la red para que un hacker diseñe un ataque a medida y que sólo se paga en caso de éxito a través del rescate. Una servicios cada vez más baratos para quienes quieren aprovecharse del cibercrimen, con tarifas para un ataque de Denegación de Servicio (DoS por sus siglas en inglés) de 4,6 euros si se mantiene el ataque durante 15 minutos y de 370 si se hace durante 24 horas.