Las empresas alicantinas no quieren esperar a que sea demasiado tarde para prepararse frente a las posibles consecuencias del «Brexit». Aunque a día de hoy el balance global de las relaciones económicas entre la provincia y el Reino Unido sigue siendo positivo, muchas compañías de la zona han optado por buscar clientes en otros países y diversificar sus mercados para evitarse futuros disgustos, si las negociaciones que Londres y Bruselas acaban de iniciar no finalizan como debieran.

Al menos así lo reflejan los datos del informe realizado por el Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca), que ha querido analizar la situación un año después de que los británicos aprobaran por referéndum su salida de la UE.

La primera conclusión es que, a pesar de los pronósticos catastrofistas que algunos realizaron, en términos absolutos, el volumen de negocio que los ciudadanos y las empresas británicas aportaron a la provincia siguió en aumento a lo largo del año pasado. En concreto, la suma de exportaciones, inversiones inmobiliarias y viajes turísticos protagonizados por los ingleses aportaron a la economía alicantina 2.717 millones de euros durante el pasado ejercicio, lo que supone 375 millones más que en 2015. O, lo que es lo mismo, un impacto equivalente al 8% del PIB provincial, un punto más que en el ejercicio previo.

Eso sí, una parte de este crecimiento se debió a la inercia ya que el referéndum se celebró a mitad de año, cuando muchas empresas ya han tomado la mayoría de sus decisiones comerciales para el ejercicio. No obstante, un balance «globalmente positivo», como apunta el director de Estudios de Ineca, Francisco Llopis.

El problema llega cuando se compara la situación británica con la evolución que tuvieron el resto de mercados internacionales de la provincia y se comprueba que fue bastante mejor. Así, el impacto de las relaciones económicas de Alicante con el resto de países ascendió durante el año pasado a 11.053 millones, 1.642 millones más. O, lo que es lo mismo, una cantidad equivalente al 34% del PIB frente al 29% del ejercicio anterior.

En otras palabras, que a pesar de mejorar, el Reino Unido perdió peso en el conjunto de la economía alicantina, como recalca el presidente de Ineca, Perfecto Palacio. Un síntoma de que las empresas buscan nuevos clientes para atenuar los posibles efectos del «Brexit», cuando éste finalmente se materialice.

Por sectores

En cualquier caso, también hay que señalar que la situación varía bastante dependiendo del sector que se analice. Sin duda alguna, hasta la fecha es el turismo el que menos ha notado la incertidumbre generada por la salida del Reino Unido de la UE. El gasto de los visitantes británicos en la Costa Blanca ascendió a 1.823 millones de euros en 2016, 323 millones más que el ejercicio anterior. Eso sí, en términos relativos esta cifra supuso el 28,6% de todo el dinero que se dejaron en la zona el conjunto de turistas llegados de otros países, frente al 31,2% del año anterior, nuevamente, porque el resto de nacionalidades aportaron más negocio.

También cerró en positivo la venta de viviendas, ya que los buenos datos del primer semestre compensaron el retroceso que se produjo en la última parte del año. En total, según Ineca, los británicos adquirieron 3.200 casas en la provincia, 200 más que en 2015, lo que generó una inyección de 464 millones de euros.

Por último, la incertidumbre generada por el adiós de los británicos a la UE sí se dejó sentir ya en la cifra de exportaciones, que sumaron 430 millones de euros -tanto los envíos directos, como los indirectos-, unos 50 millones menos que un año antes. El calzado y el sector agroalimentario fueron los sectores más perjudicados por esta situación.

Pero el hecho de que, hasta la fecha, el impacto del «Brexit» haya sido más que moderado no significa, según Ineca, que se vaya a mantener así. Todo dependerá de los acuerdos que se alcancen y, más en concreto, de los efectos que tengan sobre la cotización de la libra y la inflación en el Reino Unido. Si estos indicadores no van bien, los británicos perderán poder adquisitivo y la economía alicantina se resentirá. También será negativo si se restringe la libre circulación de personas.