Con la mejora del empleo y el aumento de la confianza en la recuperación, cada vez son más los que vuelven a plantearse la posibilidad de comprar un piso. Un sueño que, sin embargo, muchos de ellos deberán seguir retrasando porque la mayoría no tienen los ahorros suficientes para afrontar el gasto que supone pagar la entrada de una vivienda. Es más, según los datos del estudio La demanda de vivienda en España del portal Casaktua, en la Comunidad Valenciana el 53% de quienes barajan la posibilidad de convertirse en propietarios ni siquiera disponen de la mitad del dinero que sería necesario, y eso sin contar con los gastos de notaría o los impuestos. Es decir, que tiene en la cuenta menos del 10% del coste total del piso.

Por el contrario, tan sólo un 29% de los consultados disponían de una cantidad equivalente al 30% del precio de la casa, que es lo que recomiendan los expertos, al incluir el 20% que no financia el banco y el 10% que suelen llevarse los citados gastos. De esta forma, el estudio pone de relive que la falta de capacidad financiera se ha convertido en uno de los principales lastres para la reactivación de la demanda, sobre todo, de primera residencia y entre los jóvenes ya que, a mayor edad, más dinero suelen tener ahorrado los posibles compradores.

Hipotecas de 24 años

Una vez que se ha superado este primer escollo, el estudio también analiza el plazo que los compradores emplean para pagar sus hipotecas. La media se sitúa en 24 años pero un 14% se ve obligado a contratar su crédito a más de 30 años para que sus ingresos le den para la letra mensual. Al respecto, cabe señalar que la media de los compradores acaba destinando un 38% de sus ingresos mensuales a la vivienda, lo que incluye la hipoteca y los suministros, como la luz o el agua, además de los seguros o el recibo de la comunidad.

En cuanto al presupuesto que manejan los posibles compradores, la media se sitúa en los 150.000 euros y sólo un 13% de los consultados en la autonomía considera la opción de gastar más de 200.000 euros en la adquisición de una casa.

Otra de las tendencia que pone de manifiesto el estudio es que aumenta el porcentaje de quienes se plantean vivir de alquiler. Así, entre quienes barajan cambiar de casa en el corto plazo, hasta un 45% piensa ya en el arrendamiento como primera opción, lo que supone nueve puntos más que el año pasado.

En cuanto a las preferencias entre la obra nueva o la segunda mano, un 62% se muestra indiferente, siempre que la casa se ajuste a sus gustos y necesidades. Otro 23% prefiere estrenar piso y un 15% considera que la vivienda usada es la mejor opción.