Si el sector comercial se ha visto afectado por el recorte de ingresos que han sufrido miles de familias durante la crisis, la mayor afluencia de turistas está compensando, al menos en parte, esta caída del consumo autóctono. De acuerdo con el informe anual que elabora el Pateco, los visitantes extranjeros y de otras autonomías que pasaron unos días de descanso en la zona se dejaron nada menos que 1.080 millones de euros en las tiendas locales, lo que supuso un incremento del 18% sobre el ejercicio anterior.

De esa cantidad, más de 654 millones se fueron en bienes de uso diario, es decir, en alimentación, bebida o productos de higiene que adquirieron, sobre todo, quienes se alojaron en segundas residencias. En ropa o calzado se dejaron otros 126 millones de euros, en equipamiento para el hogar otros 54 millones y 245 millones más en el resto de productos que pueden encontrarse en los comercios.

Como se apuntaba, fueron quienes se alojaron en apartamentos los que más dinero invirtieron en el comercio local, con 732 millones; seguidos por los clientes de los hoteles, que gastaron 211 millones; mientras que los usuarios de otro tipo de establecimientos, como los cámpings, supusieron un negocio de 136 millones de euros.

Estas cifras sirvieron al director general de Comercio de la Generalitat, Natxo Costa, para desacreditar el modelo de Zonas de Gran Afluencia Turística que impulsó el PP para permitir la libertad horaria en el sector ya que, recalcó, «el 67% del gasto turístico en el comercio es residencial».