El analista de CaixaBank visitó ayer Alicante para participar en un encuentro con más de 70 empresarios de la zona en el que ofreció las previsiones de la entidad sobre la evolución económica de los próximos años.
El Banco de España ha elevado esta semana su previsión de crecimiento del PIB para 2017 hasta el 3,1% y, en general, todos los analistas están revisando al alza sus pronósticos. ¿Qué está pasando para que la economía española crezca más de lo previsto?
El crecimiento actual de la economía española se debe a una combinación de factores temporales y otros estructurales, que son los realmente importantes porque reflejan que somos una economía que ha hecho los deberes y que está en condiciones de crecer de forma sostenida y dinámica de cara al futuro. Destacan las ganancias de competitividad que se han logrado y que se han traducido en una mejora del sector exterior muy apreciable; la reducción de desequilibrios en el sector público o la caída del endeudamiento. A eso hay que sumar, como decía, otros factores temporales que han llevado a que la actividad sea mayor de lo esperado. Son los famosos «vientos de cola», entre los que están la expansión monetaria, el hecho de que el precio del petróleo haya subido menos de lo esperado o que, después de casi un año de impasse, se haya normalizado la situación política y haya Gobierno, lo que ha reactivado muchas decisiones de inversión que se habían retenido por esa incertidumbre.
Asegura usted que es un crecimiento más sólido.
Sí, porque ahora tenemos una economía más competitiva, que tiene una estructura de costes relativos con el exterior más favorable, que ha reducido sus vulnerabilidades y que se beneficia de un entorno exterior positivo, que es capaz de aprovechar.
En términos de PIB, ¿cuáles son sus pronósticos?
El escenario que prevemos es de un crecimiento del 3,1% para 2017 y una suave desaceleración hasta el entorno del 2,5% en 2018 y 2019. Son crecimientos elevados que permitirán una evolución del empleo bastante positiva.
¿Y qué amenazas ve para que se cumplan esas previsiones?
Bueno, los principales problemas que vemos son de carácter exterior. Están las dudas sobre la política económica de la administración Trump en Estados Unidos y su repercusión sobre algunos emergentes. También hay que seguir prestando atención al proceso de aterrizaje de la economía china, que esperamos que sea suave; y en Europa hay que estar pendientes de cómo evoluciona el proceso de construcción europea, aunque el principal riesgo, que eran las elecciones en Holanda y Francia, ya ha pasado.
Aquí en Alicante uno de los asuntos que más preocupan son las consecuencias del «Brexit
Nosotros creemos que se llegará a un escenario razonable, no creemos que haya un «Brexit» duro. La situación que consideramos más probable es que el Reino Unido mantenga el acceso al mercado interior comunitario, que el movimiento de personas no esté totalmente limitado y que haya aportación del Reino Unido al presupuesto comunitario (como ahora ocurre con Noruega). Además, esperamos que, una vez que se hayan cerrado las negociaciones, los resultados se apliquen en un plazo razonable. Si este escenario se cumple, el impacto que se está observando en el sector inmobiliario en Alicante será temporal. A medida que vaya quedando clara la situación, la prevención que ahora muestran los compradores se irá disipando. No tendría sentido que hubiera un retroceso permanente en la compra de inmuebles por parte de los británicos.
Ahora mismo la gran locomotora de la economía es el turismo pero el sector habla de que muchos de los visitantes que vienen son «prestados», porque los destinos competidores del Norte de África están cerrados. ¿Qué ocurrirá cuando esos destinos vuelvan a abrirse?
Bueno, ésa es una lectura totalmente lógica y, sin negar que tiene parte de razón, cuando nosotros hemos estudiado el sector turístico más a fondo lo que nos hemos encontrado es un sector que está en una situación muy competitiva. No es cierto que sólo se atraiga a turistas de otras zonas porque tienen problemas en el Norte de África o Turquía, es que se está ofreciendo una oferta muy competitiva. En todos los sentidos, en términos de seguridad, de infraestructuras, de relación calidad-precio. Un sector que, además, está migrando hacia los segmentos de valor del mercado. No es cierto que sólo vengan porque no puede ir a otras partes. Creo que, más que un préstamo, podríamos hablar de una donación y de que ahora serán los destinos competidores los que tendrán que hacer los deberes si quieren recuperar esos turistas.
¿Cómo ve la evolución del sector inmobiliario?
Estamos en una fase de expansión, en que vuelven a crecer las compraventas y vuelven a crecer los precios. Una de las diferencias sobre la situación anterior a la crisis es que la recuperación está siendo mucho más fragmentada y segmentada. En estos momentos en una misma zona coexisten un segmento premiun de primera residencia de calidad que funciona muy bien, con un stock de segunda residencia más antigua que cuesta digerir. Pero, en términos generales, le vemos recorrido y creemos que va a seguir creciendo con racionalidad.
