El mes de abril supuso un freno en la dinámica de crecimiento de la compraventa de viviendas que la provincia venía registrando en los últimos meses, dentro de un escenario de progresiva reactivación, tras nueve años de crisis. La provincia cerró abril con 2.403 operaciones registradas, que suponen un descenso del 5,5% en relación al mismo mes del año anterior, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Y la razón no es otra que el «efecto Semana Santa», que este año se ha celebrado en abril, mientras que en 2016 las fiestas de Pascual fueron en marzo. Además, este es un periodo que concentra más días vacacionales, por lo que desciende el registro de operaciones de compraventa, «al igual que sucede en otras épocas como agosto o diciembre, por las fiestas de Navidad», según explicaba Antonio Fernández, presidente de la Asociación de Promotores de Viviendas de Alicante (Provia).

El sector considera este descenso mensual «coyuntural», atribuible al «efecto semana Santa», por lo que el balance mensual de abril no supone «de momento, un motivo de preocupación. Habrá que esperar a conocer la evolución en los próximos meses y ver si supone un cambio de tendencia», añade el representante sectorial. No obstante, las previsiones de los promotores es que en los siguientes meses se recupere la tendencia al alza que se venía registrando en los meses precedentes.

Además, el freno experimentado en la provincia es muy inferior a los valores que arrojan los balances en el contexto nacional y autonómico. En el conjunto estatal, las 32.227 operaciones de compraventa registradas en abril representan un descenso del 8,5%, mientras que las 4.549 correspondientes a la Comunidad Valenciana suponen un importante retroceso del 17,4%. Resultado que se ve lastrado por las caídas de más del 27% que arrojan Castellón y Valencia,

La comparativa, igualmente, viene a indicar que, en esta fase de recuperación, el sector provincial está demostrando que mantiene el tradicional dinamismo, tanto en el escenario nacional como autonómico. Y el elemento diferencial viene determinado porque la actividad inmobiliaria alicantina tiene un importante mercado entre la demanda de extranjera, al ser una provincia eminentemente turística, frente al menor flujo de visitantes que tienen las otras dos provincias de la Comunidad. De hecho, las estadísticas vienen a indicar que el 75% del turismo que llega al territorio autonómico elige, fundamentalmente, la Costa Blanca. Igualmente, el sector inmobiliario provincial tiene una dilatada e importante trayectoria en la edificación residencial. Y, precisamente, durante los duros y largos años de crisis han sido los clientes extranjeros los que han ido compensando el desplome de la demanda doméstica.

Especialmente activos han sido los clientes británicos. No obstante, el pasado año este mercado sufrió un revés, al sufrir las consecuencias del proceso del «Brexit». El resultado favorable a la desconexión de Reino Unido de la Unión Europea, que salió del referéndum del 23 de junio de 2016, supuso el inicio del descenso de venta de viviendas a clientes británicos en Alicante. Y el cuarto trimestre del pasado año se cerró con un desplome del 31,1%. Por ahora, las ventas no han remontado, por lo que las empresas están diversificando más los mercados y compensar la caída de clientes ingleses con los de Holanda, Bélgica y otros países centroeuropeos.

Ayer, los promotores se mostraban pendientes de los resultados de las elecciones que se celebraban en el Reino Unido. Las empresas creen que el panorama no se llegará a aclarar hasta que no se despejen las dudas sobre el «Brexit». Un proceso que tiene un periodo de negociación de dos años, hasta 2019.