Las 500.000 toneladas de lodos que generan las depuradoras de la Comunidad Valenciana podrían aprovecharse para generar la electricidad necesaria para abastecer a más de 30.000 viviendas. Al menos así lo asegura la compañía ilicitana Greene Waste to Energy, que ha patentado un sistema que permite transformar en gas casi cualquier residuo con el objetivo de producir energía. Una solución que, además, acabaría con el problema que supone en la actualidad el almacenamiento de estos lodos, que en la actualidad se destinan a abono para la agricultura -aunque no pueden emplearse en todos los cultivos, y como combustible de hornos y cementeras.

La compañía sostiene que es capaz de obtener 1 kilovatio de energía eléctrica y 1,5 kilovatios de energía térmica por cada kilo de residuo. Además, también asegura que su patente reduce en un 80% las cenizas que se generan en otros procesos de revalorización energética, según explica su director comercial, Jesús Martínez.

De esta forma, de acuerdo con los cálculos realizados por el equipo científico de Greene, se puede lograr 10.500 kilovatios hora, que pueden ser muy útiles para las 171 estaciones de la provincia de Alicante; las 117 de Castellón; y las 194 de la provincia de Valencia. Y es que uno de los usos que podría darse a esta energía sería el propio abastecimiento de las plantas depuradoras, lo que reduciría sus gastos de funcionamiento y, en consecuencia, podría rebajar el canon que actualmente se paga con el recibo del agua. .

Ceniza inerte

La gasificación es un procedimiento que permite transformar en gas casi cualquier residuo al someterlo a altas temperaturas en un ambiente bajo en oxígeno. En este caso, el proceso permitiría la reducción de hasta el 90% de los lodos de depuradora, se generaría electricidad y quedaría como residuo ceniza inerte que se puede aplicar en diversos usos en obra civil, como material de construcción, fertilizante, o en la fabricación de vidrio.

Greene es una empresa que nace en 2011 de la iniciativa de cuatro emprendedores de Elche, químicos, y que en la actualidad cuenta con 20 empleados y el respaldo de un inversor privado de la Comunidad Valenciana. La empresa ofrece al mercado una tecnología madura, eficiente, a costes de inversión muy competitivos y que da respuesta a las necesidades de ayuntamientos, gestores de residuos, explotaciones agrícolas y otras industrias con consumos energéticos (calor y electricidad) elevados que quieren reducir la dependencia del petróleo y sus derivados.