Coepa ha decidido echar mano del pragmatismo y ha optado reducir al máximo los costes de mantenimiento de su centro de oficios, ante la demora del Instituto Valenciano de Finanzas en asumir la titularidad del edificio. Así, de momento la patronal alicantina ya ha dado de baja el suministro de agua del inmueble y ha rebajado al mínimo legal la potencia eléctrica contratada, en un intento de que estos gastos no lastren el esfuerzo realizado hasta la fecha para enderezar sus cuentas y que, de hecho, permitirá que esta misma semana la organización presidida por Francisco Gómez solicite al juzgado la conclusión del concurso de acreedores, tras haber saldado las cantidades previstas en el convenio.

El banco de la Generalitat ya ha dejado claro que se quedará el edificio en pago por la hipoteca que en su día concedió para la construcción del mismo y que la patronal fue incapaz de abonar, lo que supuso el principal motivo que llevó a la organización empresarial a la quiebra. Sin embargo, mientras que Coepa esperaba que el traspaso se produjera casi inmediatamente tras la aprobación del convenio -el pasado mes de diciembre-, el organismo dirigido por Manuel Illueca ya ha señalado que no tiene prisa y que asumirá el inmueble cuando el Servef esté en disposición de darle uso, para lo que no hay fecha cerrada.

El problema es que la patronal no contaba con asumir durante más tiempo los costes de mantenimiento del centro y se ha visto obligada a hacer auténtico encaje de bolillos. Para evitar un nuevo enfrantamiento con el Consell, Coepa ha optado por ir a lo práctico y ha recortado todo lo posible estos gastos. Así, además de dar de baja el agua y reducir la potencia de la luz, también se ha puesto en contacto ya con el Ayuntamiento de Alicante para negociar un fraccionamiento o aplazamiento del IBI del edificio -más de 5.000 euros- y también tratan de reducir el recibo de los seguros obligatorios.

Compensación de deuda

En cualquier caso, la demora en el traspaso del centro de oficios no impedirá que Coepa cumpla con el convenio que firmó con sus acreedores ordinarios. Así, tras los seis meses de espera acordados, la patronal alicantina está abonando estos días las facturas correspondientes a los acreedores minoritarios -empresas de limpieza, auditores y el bufete de abogados de Garrigues- y, además, ha comunicado a Cierval que da por zanjada su deuda al entender que ésta queda compensada con una devolución de subvenciones que le debía la patronal autonómica, ahora en vías de extinción. Un reintegro que se produjo después de la aprobación del convenio y que Cierval no había abonado a Coepa. De esta forma, la organización alicantina se ahorrará los aproximadamente 30.000 euros a los que se vio reducida su deuda de casi 600.000 euros con la autonómica, tras la quita del 95%.

Esto significa que, salvo sorpresa, la patronal alicantina presentará esta misma semana el correspondiente informe sobre el cumplimiento del convenio y solicitará la conclusión del concurso, lo que pondría fin a la tutela judicial. No obstante, Coepa aún estaría obligada a cumplir con los compromisos de pagos adquiridos con la Administración y con los extrabajadores de la organización en su plan de viabilidad, cuyo incumplimiento forzaría la apertura de un nuevo concurso.

Unos pagos que, de momento, también están abonando rigurosamente los actuales responsables de la patronal alicantina. Así, ya se ha efectuado el primer pago trimestral de las indemnizaciones debidas a la antigua plantilla -más de 400.000 euros en total- y también se han pagado ya más de 12.000 euros a la Seguridad Social. Igualmente, se cumple con los pagos mensuales pactados con Suma. La gran prueba llegará el año que viene, cuando Coepa deba pagar también al Fogasa.