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Empleo entre el rock y la bachata

La contratación de músicos, cantantes o coreógrafos se encuentra entre las ocupaciones con mejores perspectivas de crecimiento en Alicante

Empleo entre el rock y la bachata D. Revenga

Entre las interpretaciones del «Take on me», del grupo noruego A-ha, el «Despacito», de Luis Fonsi, o las caracterizaciones de Tom Jones, Elvis y demás artistas que recuerdan a míticos cantantes internacionales se crea un nicho de empleo complementario al prevalente de camareros, cocineros o dependientes en tiendas que dominan las contrataciones del sector servicios en la provincia, especialmente en Benidorm.

El mercado del espectáculo, en el que trabajan músicos, cantantes, artistas, coreógrafos o animadores, también existe. Y son ocupaciones que en los últimos años se están «colando» en el listado de contrataciones con proyección, según reflejan los balances del Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe). El pasado mes de abril, la contratación de camareros contratación camareros en la provincia superó las 8.800 y las de vendedores en tiendas, las 3.600. Una cifras que hablan de su predominancia en el mercado laboral alicantino y que suponen crecimientos interanuales del 19% y 26%, respectivamente. Pero, aunque lejos de alcanzar ese volumen de empleo en términos absolutos, hay ocupaciones que destacan por su potencial entre las de mejores perspectivas en Alicante. Así, la contratación de coreógrafos y bailarines creció un 44,5% en términos interanuales, con 146 nuevos empleos; las de compositores, músicos y cantantes se duplicó, con 122 formalizaciones -fundamentalmente de extranjeros- y las de monitores de entretenimiento, en general, creció un 2,3%, con 877 contrataciones, según el último Observatorio de las Ocupaciones.

La máxima expresión de este sector del ocio en la provincia se encuentra en Benidorm. En locales entre la zona británica, la playa de Levante y algunos de la de Poniente se suceden pubs y cafeterías donde la música en vivo es un potente atractivo, al mismo tiempo que un yacimiento para el empleo en continuo avance. Si el pasado año fueron 114 los locales que en Benidorm podían tener actuaciones de música en directo -incluidos los hoteles con cafeterías en la vía pública-, a estas alturas ya son 119 los que tienen autorización;49 los que aún la tramitan; 52 a los que, de momento, se la han denegado a expensas de corregir algunos aspectos y 19 más que todavía no la han solicitado.

Un mercado en alza

«Con las regularizaciones pendientes y las subsanaciones que se hagan, al final de año podemos superar la cifra de 200 locales de este tipo», según explicaba el portavoz del gobierno municipal, José Ramón González, quien confirmaba «el crecimiento de este sector y la importante aportación en términos de empleo que supone el mercado del espectáculo en la ciudad», ya que, como mínimo cada local tiene una actuación diaria, aunque la mayoría oferta varias, sobre todo en temporada alta. El Ayuntamiento de Benidorm ha mantenido esta semana una reunión con representantes del sector «para recordarle la necesidad de cumplir con la Ley de Espectáculos, tanto en temas seguros como de ruidos, entre otros», añadía el portavoz municipal.

En la playa de Levante, «en un tramo de menos de 30 metros se escucha rock y bachata», resume Robin, un joven benidormense de 25 años, que desde hace un año canta en distintos pubs y hoteles de la ciudad, aludiendo a la convivencia de distinos géneros y clientela en el sector. Uno de los casos más conocidos de la música en vivo en la ciudad es la de la popular acordeonista María Jesús.

Robin, que está en contacto con la música desde los 14 años, se dedica ahora a actuar en estos locales, después de haber trabajado varios años como camarero. Cuando hacía estas declaraciones, el joven hispano-sueco acababa de terminar su actuación en el «HeartBreak». Y mientras relataba su experiencia, en la esquina más próxima se escuchaba «Despacito», el hit del año, de Luis Fonsi, que tocaba y cantaba Toni Miralles, en la cafetería Arenas.

El rock -con clientes británicos coreando el «Help» de los Beatles, que interpretaba Robin acompañado de su guitarra eléctrica- o la bachata -que Miralles cantaba y bailaba un grupo de clientes- sonaban una de las tardes de esta semana en la playa de Levante. Y al otro extremo de esta zona costera, la cubana Marlene, tocaba el piano y cantaba en la cafetería del hotel Les Dunes Comodoro.

«Cuando empecé había más cafeterías con música en vivo. Tenían orquestas con hasta seis músicos. Ahora, quedamos sólo unos cuantos. Entre ellos, el "Román" y un hotel en esta zona de la playa», explicaba Miralles, pianista y músico de Ondara, que desde hace 20 años cada tarde canta y toca música melódica con su teclado con ritmos en Benidorm.

Precisamente, empezó en el Benidorm Palace, haciendo una sustitución. Pero hace años que está en la plantilla del Arenas, donde actúa cinco horas diarias todo el año, a excepción de dos meses en invierno. Tiene 46 años y su padre, que ahora tiene una cafetería por la zona, ya actuaba en su época en Benidorm con el trío Los Astros.

«La pista de baile, llena»

Tras 22 años interpretando los éxitos del momento y los ritmos más bailables, como la bachata, el merengue, la salsa o el chachachá, entre otros, su motivación sigue siendo «innovar. No hacer siempre lo mismo, preparar canciones nuevas, las que más están sonando en cada momento y las antiguas que vuelven.Hay que renovar el repertorio», dice. Y su satisfacción es «tener la pista llena, ver a la gente bailar y divertirse. Eso me satisface. Ese es mi trabajo, porque estoy aquí para animar a la gen,te». Muchos de ellos son clientes habituales que no dudan en pedirle canciones o decirle: «¿estás el viernes, que yo también vengo?», como le preguntaba un señor que había bailaba en ese momento en el local.

Ese día eran parejas o grupos de mediana edad los que, incluso, con coreografías aprendidas, disfrutaban de la tarde en el local. «Cuando acaban las clases de los niños, a partir de junio,también vienen matrimonios jóvenes», añade Toni Miralles. Para el músico y pianista, este tipo de espectáculos sobrevive, «porque esto es una rueda. Todos nos vamos haciendo mayores. Y al que hace diez años no le gustaba un pasodoble o una rumba, ahora los baila. Además, están volviendo los bailes de salón». Otra parte de la oferta que ofrecen algunos de los locales de música en vivo son actuaciones de actores transformistas, con gran éxito.

Canciones melódicas, aunque también ópera o piezas de zarzuela forman parte del repertorio de Marlene, que en el hotel Les Dunes Comodoro, en la playa de Levante, tocaba el piano y cantaba para los clientes que esa tarde tomaban un café o merendaban en la cafetería del establecimiento.

Más españoles, en este caso, «aunque en invierno son más británicos y holandeses», explica. Es cubana y desde Italia recaló en la ciudad. También en el Benidorm Palace, como muchos de los artistas. Pero ya lleva veinte años formando parte de la plantilla del hotel, donde actúa durante unas cuatro horas. Al igual que otros compañeros de gremio, descansa en invierno y la mayor recompensa es el «trato y la buena recepción del público que tienes».

En este sector, hay cantantes o músicos que están en plantilla en los establecimientos y otros que son contratados como autónomos. También los hay que trabajan y son socios la cooperativa de intérpretes musicales de la Comunidad (Musicoop) que se creó hace tres años y que cuenta con sede en Benidorm. Para los más veteranos, es un oficio estable y para los más jóvenes, comienza a serlo porque pueden vivir de él.

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