Primero fueron las entidades las que cerraron el grifo, tras la debacle que supuso la caída de Lehman Brothers y el estallido de la burburja inmobiliaria. Y luego fueron las empresas las que rechazaron aumentar su endeudamiento para afrontar nuevos proyectos, ante la desconfianza sobre la solidez de la recuperación. Sin embargo, casi diez años después del inicio de la crisis económica, parece que por fin la situación ha empezado a cambiar y las firmas alicantinas vuelven a pedir crédito a los bancos para afrontar planes de mejora o expansión.

Así lo constatan al menos desde el Sabadell, la entidad con mayor cuota de mercado de la provincia, que este año ha decidido aumentar en un 7% su presupuesto para nuevas operaciones en la zona ante el notable incremento de solicitudes que está recibiendo, muchas de ellas para nuevas inversiones. De esta forma, prevé conceder más de 2.000 millones de euros en financiación a empresa. Y éso sin tener en cuenta los créditos para la construcción, que dependen de una unidad específica.

«Se ha producido un cambio de tendencia clarísimo. Las empresas ya no sólo quieren dinero para circulante, cada vez piden más préstamos para inversiones a medio y largo plazo», asegura el director territorial de Empresas de la entidad, David Gómez, quien asegura que sólo las solicitudes que tiene ahora sobre la mesa ya superan los 200 millones.

Entre estas peticiones hay proyectos para ampliar instalaciones, construir nuevas naves industriales, poner en marcha nuevas líneas de producción o reformar establecimientos, sobre todo en el sector hotelero. También para renovar la maquinaria. En definitiva, que las empresas se preparan para crecer y para aprovechar las oportunidades que ya brinda la recuperación económica.

En este sentido, el banco destaca que también sigue en aumento la contratación de crédito para la exportación, lo que indica que siguen buscando nuevos mercados para sus productos.

Del turismo a la agricultura

En cuanto a la distribución por sectores, además del turismo, el aumento de demanda se registra en prácticamente todas las áreas de actividad significativas en la provincia, como el comercio, el juguete, el turrón o el calzado. Además, el Sabadell señala que también se percibe un interés creciente por realizar nuevas inversiones por parte de firmas del sector agrícola, donde la modernización resulta clave para aumentar la rentabilidad del negocio.

Pero el aumento de la demanda del crédito también viene acompañada de importantes novedades. Por ejemplo, como ya ocurre con las hipotecas, una parte importante de la financiación que se concede -más del 40%, según Gómez- corresponde ya a préstamos a tipo fijo. «Las compañías saben que los tipos van a subir en los próximos años y quieren proteger sus inversiones a largo plazo», asegura el ejecutivo. Del mismo modo, también se ve una apuesta por nueva modalidades. Por ejemplo, cada vez se dan más casos de compañías que utilizan el renting no sólo para renovar sus flotas de vehículos, sino también para comprar la maquinaria y otros útiles.

En la misma línea, Gómez asegura que, si hace unos años lo que primaba a la hora de conceder un crédito era el valor de las garantías aportadas, en la actualidad la banca tiene mucho más en cuenta el propio proyecto y la capacidad de retorno de la inversión que genera. También asegura que el número de denegaciones se ha reducido al mínimo.