Si Salvador Navarro quería una propuesta por escrito con las condiciones de Coepa para integrarse en la nueva CEV, ya la tiene sobre la mesa. Y, seguramente, una que no esperaba en absoluto ya que la fórmula que plantean Francisco Gómez y su equipo supone una especie de «quid pro quo», en el que la alicantina cedería a la nueva organización autonómica -de forma indirecta- la mayor parte de sus ingresos, a cambio de que ésta se hiciera cargo de sus gastos de funcionamiento y de los compromisos establecidos en su plan de viabilidad.
En cierto modo, la propuesta de Coepa supone abrazar la máxima defendida hasta la saciedad por Navarro de que la representación en la asamblea de la nueva CEV se basaría exclusivamente en el número de cuotas que cada socio estuviera dispuesto a pagar. Para ello, la patronal alicantina plantea entrar en la organización nada menos que con un centenar de vocalías, que le supondría un desembolso aproximado de 130.000 euros. Es decir, que Coepa destinaría la inmensa mayoría de los ingresos que ahora recibe por las cuotas de sus socios para financiar su presencia en la autonómica.
De esta forma se garantizaría un peso importante en la nueva patronal y, además, justificaría que Coepa siguiera siendo el representante de la patronal autonómica en la provincia de Alicante. Es decir, que en la práctica ocupara el papel que la CEV había diseñado para los Consejos Empresariales Provinciales, aunque habría que buscar la fórmula para ello.
Claro está, si Coepa está dispuesta a trasvasar la mayoría de sus ingresos a la organización autonómica es porque, a cambio, espera que sea la CEV la que asuma sus gastos, tanto los de funcionamiento ordinario -es decir, los dos trabajadores que le quedan en plantilla y los suministros de su sede, algo que el proyecto de Navarro ya preveía para sus consejos empresariales-, pero también los compromisos establecidos en su plan de viabilidad, lo que resulta mucho más complejo. Entre otras cosas, porque Salvador Navarro no quiere bajo ningún concepto tener que asumir este coste si aparecen nuevas sorpresas o si, finalmente, Coepa desapareciera.
No obstante, desde ambas organizaciones se entiende que el documento que Francisco Gómez entregó al valenciano en la reunión que mantuvieron el pasado martes -la primera tras la visita de Navarro a la junta directiva de Coepa para romper el hielo y restablecer relaciones- es sólo una propuesta inicial, que puede modificarse, y confían en que las negociaciones que acaban de empezar permitan llegar a algún punto medio que satisfaga a todos.
Cumplir el convenio
Al respecto, para Coepa resulta irrenunciable llegar a algún tipo de acuerdo que, por un lado, le permita mantenerse como la representante del empresariado provincial y, al mismo tiempo, le facilite cumplir con el convenio que le permitió salir del concurso de acreedores. De lo contrario, sus dirigentes podrían incurrir en responsabilidades personales.
En cuanto a la representatividad, Coepa quiere también garantías de que podrá seguir designando a los delegados de los empresarios en los foros de representación provincial y local. Además, también quiere tres vocalías en el comité, además de una vicepresidencia nata, y que tres de las comisiones de trabajo de la patronal autonómica -la de Agua, la de Turismo y la de Urbanismo- tengan su sede en la provincia.
